El acuerdo de libre comercio con Canadá, el CETA, cumple su primer año de vida y las empresas españolas ya están viendo grandes beneficios. Es el caso del aumento de ventas de productos gastronómicos como el vino, el aceite de oliva y el queso.
Y es que el fin de las tarifas aduaneras, el menor papeleo y la equidad de las reglas que ha supuesto el CETA permiten que las empresas españolas y de la UE compitan de igual a igual en Canadá. Esto abre un gran mercado a los productos españoles ya que permite incluso que empresas de España liciten en contratos públicos canadienses.
“Estas ventajas están reportando grandes aumentos de ventas para empresas españolas. Y lo mejor es que se hacen respetando nuestras reglas. Por ejemplo, protegiendo productos con denominación de origen (vino, queso, aceite de oliva…) al prohibir sus imitaciones en Canadá. O garantizando que las reglas medioambientales y de protección de los trabajadores son las mismas que en la UE”, según destaca la oficina de la Comisión Europa en España.
Todo ello ha ocasionado que en solo un año, los canadienses ya están premiando la excelencia de los productos españoles. Así, el vino español es el producto más beneficiado por el CETA, en especial el espumoso y el vino a granel ya que las importaciones han aumentado un 17,4% en la primera mitad de 2018 respecto al mismo periodo de 2017, sin CETA. España se ha consolidado como el 5º proveedor de vino extranjero, solo por detrás de Francia, Italia, Estados Unidos y Australia.
A este respecto, José Luis Rodríguez, director general de la Federación Española del Vino, FEV, ha destacado que “Canadá es un mercado prioritario para el vino español y esperamos más beneficios del CETA”.
Por su parte, el sector industrial de alimentos y bebidas ha aumentado sus ventas en la primera mitad de 2018 un 8,35% respecto al mismo periodo del año pasado, un crecimiento tan alto como toda la última década.
Y más espectacular aún ha sido el aumento de exportaciones de frutas y hortalizas españolas: cerca de un 90%, con ventas por más de 40 millones de euros. Y las previsiones para todo el año superan los 100 millones, casi el doble que el año anterior.
Fuera del mundo gastronómico también se han visto beneficios: por ejemplo, en el sector del juguete, que ha aumentado sus ventas un 20%.