La nueva bodega Purgatori de la Familia Torres, ubicada en el término municipal de Juneda, en la comarca leridana de Les Garrigues, ya ha iniciado la actividad con la vinificación de los primeros lotes de uva.
Así, por primera vez, esta bodega empieza a elaborar el vino del mismo nombre, un vino que se ha consolidado como el emblema de la Familia Torres en Costers del Segre, recuperando el legado de los monjes benedictinos que ya hacían vino en este lugar inhóspito el año 1770.
“En el interior de la bodega, los depósitos de acero inoxidable y de hormigón, construidos con tierra de la propia finca, se irán llenando en el transcurso de esta semana, y hasta finales de septiembre, con las uvas procedentes del viñedo enfrente de la bodega, distribuido en tres cotas diferentes hasta los 550 metros, con un desnivel de más de 200 metros”, destaca la compañía bodeguera.
El acto de inauguración ha contado con la presencia de Miguel Torres Maczassek, quinta generación de la Familia Torres y la Consellera d’Agricultura, Ramadaria, Pesca y Alimentació (DARP) de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, así como el director general del INCAVI, Salvador Puig; el alcalde de Juneda y presidente del Consell comarcal de Les Garrigues, Antoni Villas; Enric Mir, alcalde de Borges Blanques; y el presidente de la DO Costers del Segre, Xavier Farré, entre otras autoridades.
Para Miguel Torres Maczassek, “hace casi veinte años decidimos apostar por esta zona de clima extremo volviendo a plantar viñedos, y con los años hemos podido constatar la excelente adaptación de variedades mediterráneas como la garnacha y la cariñena. Purgatori es el primer vino que nació de esta viña hace seis años. Con la inauguración de la bodega, culminamos un proyecto muy alentador que nos ha llevado a recuperar la antigua bodega de los monjes benedictinos del siglo XVIII”.
La bodega Purgatori se ha erigido en el recinto del histórico Mas de l’Aranyó de manera totalmente integrada en su entorno, preservando el edificio antiguo que hizo construir la Abadía de Montserrat hace dos siglos y medio, y realzando su historia vinícola. Y es que el nuevo edificio, un elegante espacio funcional construido con materiales nobles, conecta con la antigua cava de los primeros residentes, bajo la antigua masía, que también ha sido parcialmente rehabilitada para acondicionar una gran sala de cata.
La bodega se ha construido con criterios de eficiencia energética y cuenta con una instalación de placas fotovoltaicas para el autoconsumo, de acuerdo con el compromiso medioambiental de la Familia Torres y su afán de reducir las emisiones de CO2 para minimizar los efectos del cambio climático. La Familia Torres adquirió la masía y la finca de 870 hectáreas el año 1999, reintroduciendo el cultivo de la vid. Actualmente, cuenta con 200 hectáreas de viñedo certificado como ecológico, y 100 hectáreas de olivos.