El temporal que hace más de 15 días lleva asolando el sur de España causa daños en todos los sectores agrarios, especialmente en el de la fresa y la frambuesa donde se registran los mayores daños.
La llegada de las lluvias justo después de que los cultivos de frambuesas sufrieran heladas ha impedido que se recuperen las plantas, por lo que se calcula de momento que un 40% de la fruta se perderá o tendrá problemas de desarrollo.
En la fresa, el 40% de la llamada ‘de primera floración’ está perdida y se está originando un retraso significativo en la campaña, aseguran fuentes de Asaja-Huelva. A esto hay que sumar que los desperfectos causados por el viento y las violentas lluvias en plásticos e invernaderos supondrán un gasto adicional derivado de los trabajos necesarios para volver a poner en orden las plantaciones. La humedad constante podría, además, provocar malformaciones y mala calidad en el fruto que aún está por salir.
En cuando a los cítricos, la imposibilidad de entrar a recolectar y la caída de la fruta son los mayores problemas. Se prevé una merma en la producción que, de momento y a la espera de los acontecimientos, podría contabilizarse en pérdidas de alrededor del 15% por caída y pudrición del fruto.
En cereales, la inversión realizada para la siembra, en semillas y abonos, puede darse prácticamente por perdida. En olivar, pese a que es pronto para realizar un cómputo de daños, la caída de la aceituna al suelo y la imposibilidad de recoger y llevar a las cooperativas los frutos para su transformación en aceite hacen prever que las pérdidas serán muy cuantiosas.
En la Sierra y el Andévalo, sin embargo, y al margen de los daños causados en la alimentación de los animales de cría en extensivo, las pérdidas más cuantiosas se registran de momento en las infraestructuras de las fincas: vallas y cercas derribadas por el viento o arrastradas por el agua, derrumbamiento de taludes, inundaciones e impracticabilidad de los caminos y colapso de los pasos de agua. Las dificultades, en ocasiones imposibilidad total, para entrar en las fincas, es el problema más denunciado por los ganaderos de la zona, que no pueden atender a su ganado por este motivo.
El único punto positivo de unas lluvias que eran muy esperadas pero que se han caracterizado por su excesiva constancia y virulencia es el balance de agua embalsada en los pantanos onubenses.