España comercializó en 2017 un total de 218 millones de litros de bebidas espirituosas, es decir, un 2% más con respecto al año anterior. Se trata de un “crecimiento menor de lo esperado debido a una mayor incertidumbre”, asegura Bosco Torremocha, director ejecutivo de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (Febe).
Estos datos de crecimiento, junto los de años anteriores, “están todavía muy lejos de alcanzar los valores que presentaba el sector antes de la crisis”, asegura Torremocha, quien ha cifrado una caída total del sector del 40% durante los años de recesión.
Sin embargo, la buena marcha de las exportaciones y del turismo ha permitido cerrar el ejercicio en positivo. Así, las ventas al exterior de este sector han crecido un 5%, “muy por encima de la media europea”, explica el director de la patronal.
En total, el 40% de la producción nacional se destina a la exportación, siendo los principales destinos Filipinas (72 millones de euros), Alemania (48 millones de euros), México (42 millones de euros) y Francia (31 millones de euros).
La producción se estima en más de 300 millones de litros, prácticamente los mismos niveles que el año anterior.
En cuanto al valor económico del sector de espirituosos, Torremocha ha explicado que “crece un 2% hasta los 7.585 millones de euros, una cifra que va a la par con el crecimiento en volumen”.
Este valor es fruto del esfuerzo de las empresas que componen el sector, un total de 3.800 centros, de los que el 80% son pequeñas y medianas empresas. España es el tercer país con mayor número de Indicaciones Geográficas Protegidas de bebidas espirituosas, con 19, sólo por detrás de Francia y Alemania.
El consumo per cápita de bebidas espirituosas en España se cifra en 6,2 litros, mientras que la media europea está en 9,2 litros. El whisky, con el 25% del mercado, sigue siendo la principal categoría del sector, seguida de los licores (20%), la ginebra (19%), el ron (15%), el brandy (10%), el anís (6%), el vodka (4%) y el tequila (1%).
Sin embargo, la categoría que más crece sigue siendo la ginebra, con un 3,6% más, gracias a la innovación y demanda de los consumidores que han sabido leer las empresas a la hora de ampliar sus gamas.
El segundo crecimiento más relevante del sector se produce en el segmento de los licores (3,2%), seguido del whisky (2,9%) y del anís (1,2%). En el lado contrario, aparecen los brandies, con una caída del 4,3%, seguido del vodka (4,2%), el tequila (3,2%) y el ron (2,9%).
Previsiones
Para 2018, el director de la patronal asegura que “estamos ante un año de cambios donde necesitamos certidumbre y confianza, principalmente en el ámbito internacional”. De hecho, Torremocha realiza “un llamamiento a la serenidad y pedimos que el sector de las bebidas espirituosas quede fuera de las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea”.
En cuanto al nuevo Gobierno, el directivo pide que “se contribuya a la certidumbre económica y política” y pide que se “genere confianza apoyando a los sectores clave”.
Torremocha ha hecho referencia a la subida impositiva del 5% impuesta en 2016, la cual ha demostrado “no aumentar la recaudación sino disminuirla casi un 10% en el último año”.