El Centro Común de Investigación (JRC), servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, ha elaborado una metodología común para facilitar a las autoridades nacionales de consumo la realización de ensayos en los que se comparen la composición y las características de los productos alimenticios que se venden con envases similares en toda la Unión Europea.
Esta medida, que complementa otras ya adoptadas por la Comisión, se ha presentado en una reunión del Foro de Alto Nivel sobre la Mejora del Funcionamiento de la Cadena Alimentaria.
Según ha destacado Elzbieta Bienkowska, comisaria de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes, “todos los consumidores europeos tienen derecho a un trato justo en el mercado único. La metodología común que hemos elaborado con la colaboración de los Estados miembros, las organizaciones de consumidores y las partes interesadas en la cadena de suministro alimentario contribuirá a arrojar luz sobre los diferencias en la composición de los productos alimenticios de marca idéntica en toda Europa. Me alegro de que el foro especializado en la cadena de suministro alimentario haya dado a las partes interesadas la oportunidad de expresarse en un debate rico y riguroso”.
Por su parte, Vera Jourová, comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, ha señalado que “el mercado único no puede ser un mercado con doble rasero. Todos los ciudadanos de la Unión deben sentir que se los trata de la misma manera y que reciben información clara y exacta sobre los productos que compran. No pueden ser inducidos a error por envases similares. Animo a todas las autoridades nacionales a utilizar esta metodología en los próximos meses a fin de atajar esta práctica”.
Esta metodología complementa las medidas anunciadas por la Comisión en su iniciativa relativa a un nuevo acuerdo para los consumidores que tiene por objeto aclarar y reforzar los derechos de los consumidores, prohibiendo, por ejemplo, las prácticas de dualidad en la calidad, que inducen a error a los consumidores; empoderar a las entidades cualificadas para interponer demandas en nombre de los consumidores y reforzar las facultades sancionadoras de las autoridades de consumo de los Estados miembros.
De este modo, todos los productos alimenticios que se vendan en la UE deben cumplir normas estrictas de seguridad y los consumidores han de ser informados de las características esenciales que exige el Derecho de la UE sobre el etiquetado de los alimentos, y no deben ser inducidos a error, por ejemplo, por los envases.
La metodología de ensayo, que se basa en principios clave como la transparencia, la comparabilidad, la similitud en el muestreo y el ensayo de los productos, ayudará a las autoridades a determinar si los productos alimenticios se comercializan respetando el Derecho de la UE.
Los laboratorios de varios Estados miembros de la UE, coordinados por el Centro Común de Investigación, van a aplicar esta metodología en una campaña paneuropea de ensayos para recopilar datos sobre el alcance del problema de la dualidad en la calidad. Se espera disponer de los primeros resultados a finales de 2018.