Los eurodiputados han elaborado un informe sobre las nuevas normas de diseño ecológico que debatirá y votará el pleno del Parlamento la próxima semana, en el que piden a la Comisión Europea que incluya más productos en el ámbito de esta legislación.
Esta directiva está dirigida a hacer que productos como calderas, ordenadores y electrodomésticos sean más eficientes desde la fase de diseño.
El consumidor medio de la UE compra un nuevo teléfono móvil cada dos años. Ante esta realidad, los eurodiputados quieren que los productos sean más ecológicos, partiendo del propio diseño. Este cambio no solo ayudará a mejorar su eficiencia energética, sino que también asegurará que los metales raros que contienen estos productos se reciclen. Además la batería se podrá extraer y reemplazar fácilmente.
Solo entre 1% y 5%de los metales raros, como tungsteno, cobalto, grafito e indio, que se utilizan en la fabricación de teléfonos móviles se reciclan actualmente.
Los eurodiputados quieren que la normativa vaya más allá de la eficiencia energética y considere todos los aspectos ambientales de un producto: composición, durabilidad, montaje, reparación y reciclado, para aprovechar al máximo su potencial.
Este cambio permitiría avanzar hacia un modelo más sostenible conocido como “economía circular”, en el cual los materiales y productos se reutilizan, reparan y reciclan durante el mayor tiempo posible.
En julio de 2017, el Parlamento solicitó normas mínimas sobre cuánto tiempo deberían durar los productos y para abordar la llamada “obsolescencia planificada” que se produce cuando las empresas crean defectos en un dispositivo para hacerlo “caducar” en una fecha determinada o después de un número determinado de ciclos.