En el año 2017, sólo un 11% del total de las novedades lanzadas al mercado de la alimentación y bebidas por la distribución alcanzaron la categoría Premium. Del total, el 57% se llevaron a cabo en Europa, seguido de América del Norte y Asia Pacífico, con una participación del 22% y 16%, respectivamente.
"Las enseñas de distribución han alcanzado una nueva etapa ya que los consumidores esperan que estos productos estén a la par o, incluso, superen la calidad de las marcas privadas. Con la continua evolución de las actitudes de los compradores, los minoristas buscan mejorar sus gamas de marcas blancas a medida que los consumidores cambian de un enfoque de precios puramente bajos a un peso en la propuesta de valor general de un producto”, asegura Katya Witham, analista Senior de Alimentos y Bebidas en Mintel.
El 41% de los alemanes y el 37% de los franceses han comprado este tipo de productos en los últimos tres meses, siendo los franceses también los consumidores que más compran este tipo de lanzamientos (37%).
Aunque el precio ya no es la única razón por la que los consumidores compran un producto de marca blanca, sigue siendo un factor importante para muchos. Así, más del 70% de los consumidores de los principales mercados europeos (el 80% de los consumidores alemanes, italianos y españoles, el 77% de los franceses y el 76% de los polacos) afirman que comparan los precios entre los productos de marca blanca y de fabricante.
Los europeos también coinciden en que la calidad de las enseñas de la distribución ha mejorado en los últimos años. Es el caso del 80% de los españoles, el 75% de los italianos, 73% de los alemanes y el 72% de los franceses.
“Las enseñas de la distribución es una de las áreas donde los minoristas podrían crear un punto de diferenciación y destacarse en un mercado cada vez más competitivo. Hay amplias oportunidades para que los minoristas usen la premiumización para capitalizar los gustos cada vez más sofisticados de los compradores y para redefinir las expectativas de las marcas minoristas de los consumidores. Con un consumo consciente que se generaliza, las marcas blancas Premium con procedencia, ingredientes patrimoniales y credenciales artesanales pueden justificar una etiqueta de precio más alta para muchos consumidores”, explica Witham.