El consumidor de los próximos años mostrará preocupación por los hábitos saludables con lo que incrementará el consumo del producto fresco. La compra se realizará de forma más frecuente y el volumen será menor por la dificultad de transportar carga de las personas mayores
Así lo revele el informe “Las claves para adaptar los mercados a las demandas del nuevo consumidor de alimentos frescos en Europa”, que hace especial referencia a España, Francia, Gran Bretaña y Alemania, así como también los Estados Unidos y Asia.
El estudio, encargado por Mercabarna a Kantar Worldpannel, y presentado esta mañana por el presidente y el director general de Mercabarna, explica las tendencias previstas desde la actualidad hasta el año 2030 desde un punto de vista de consumo de productos frescos, y se centran en ocho puntos.
En primer lugar, el trabajo hace referencia a la demografía. Así, señala desde la actualidad y hasta el 2030, el crecimiento poblacional será elevado en todos los continentes a excepción de Europa, donde incluso decrecerá un 1,1%. Esta situación obligará a las empresas alimentarias a ofrecer productos con más valor o a internacionalizarse y adaptar su oferta para poder exportar los continentes con más crecimiento poblacional (Asia, áfrica y Oceanía).
Por otro lado, se destaca el envejecimiento de la población como una tendencia global. Este hecho se producirá especialmente en Europa y en Estados Unidos donde, en 10 años, el 30% y el 25%, respectivamente, serán personas mayores de 60 años.
Este hecho provocará que el consumidor de producto fresco de los próximos años, al tener más experiencia, será exigente con la calidad y valorará mucho el trato personalizado, lo que le llevará a ser más consumidor del canal especialista que los canales más organizados.
Por otro lado, el estudio revela que a medida que aumenta la renta familiar, el gasto en alimentación decrece y se incrementa el gasto en el sector Horeca, así como el consumo de alimentos fáciles de comprar y cocinar (productos de conveniencia). Además, el tiempo dedicado a comprar y cocinar se reducirá con lo cual el consumidor demandará producto fresco empaquetado y de consumo fácil.
Los consumidores estarán conectados a la red a través de dispositivos tecnológicos (PC, tablet o móvil) y, por tanto, también más informados que nunca. El comercio electrónico es el único canal que ha crecido en ventas de 2014 a 2016, respecto a hipermercados y supermercados, que han disminuido su comercialización, y a los canales tradicionales, discounters y convenience, que se han mantenido.
De este modo, el informe prevé que en el 2025 la cuota de mercado de la cesta de la compra del comercio electrónico será del 10% y continuará incrementándose, por la falta creciente de tiempo de los consumidores y la comodidad que supone la entrega a domicilio.
Asimismo, con la tendencia social a cuidar la salud y la apariencia física, de 2015 a 2017 se ha producido un incremento del consumo de frutas y hortalizas (+1,2 puntos) y de pescado y marisco (aunque sólo representa el 10,8% del gasto de productos frescos). La carne ha visto disminuido su consumo. Todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en los próximos años debido al envejecimiento de la población y el creciente interés por las proteínas vegetales en detrimento de las animales.
Otra forma de buscar salud será a través de los productos ecológicos, alimentos por los que el consumidor estará cada vez más dispuesto a pagar un precio más elevado por su componente de sostenibilidad con el medio ambiente.
La tendencia de los consumidores a comprar productos de proximidad se incrementa también año tras año. En España, el 69% de la población prefiere productos producidos en este país; en Francia, este porcentaje llega al 83% y en Estados Unidos, el consumo de productos locales se ha multiplicado por dos en los últimos tres años.