Nestlé ha conseguido reducir en un 64% el uso de agua en sus diez fábricas españolas en el período comprendido entre 2010 y 2017. Así y como respuesta a su compromiso en temas de sostenibilidad y medioambiente, la compañía ha conseguido su objetivo marcado para 2020 en materia de ahorro de agua.
En concreto, mientras que al inicio de la década actual el uso de agua en las fábricas de Nestlé era de 11,02 metros cúbicos por tonelada de producto, el año pasado se registró un uso de 3,96 metros cúbico por tonelada de producto, lo que ha supuesto un ahorro de más de cinco millones de metros cúbicos de agua, equivalente al consumo diario de agua de los españoles.
Según ha destacado Laurent Dereux, director general de Nestlé España, “en Nestlé estamos comprometidos con el planeta y el medioambiente. Así, la compañía, siguiendo una política de responsabilidad social corporativa que responde a su propósito de mejorar la calidad de vida y contribuir a un futuro más saludable, ha trabajado año tras año para reducir el impacto medioambiental. En la actualidad, podemos mostrarnos orgullosos de haber conseguido ya nuestro objetivo marcado para 2020 en política de agua”.
Las plantas de Nestlé en La Penilla de Cayón (Cantabria) y en Pontecesures (Pontevedra) son las que han registrado un destacado descenso en el uso de agua por tonelada de producto fabricado en este período, con una reducción de un 83% y un 80%, respectivamente.
Así, mientras que en 2010 el uso de agua en la fábrica cántabra era de casi 70 metros cúbicos por tonelada de producto, en 2017 esta cantidad se redujo a poco más de 11 metros cúbicos por tonelada elaborada. Por su parte, el centro de producción gallego ha pasado de los 16 metros cúbicos por tonelada de producto del principio de la década a los poco más de tres metros cúbicos por tonelada registrados el pasado año.
La implementación de circuitos cerrados con torres de refrigeración, que sustituyen a los circuitos de refrigeración de un solo paso en algunos de los centros productivos, ha propiciado estos descensos. Así, gracias a este sistema de refrigeración, el agua permanece en un circuito cerrado que, mediante aerorefrigeradores, permite su reutilización constante sin necesidad de utilizar el agua del río y contribuyendo a mantener el caudal ecológico del mismo.
A estas medidas, también hay que sumar el desarrollo de acciones preventivas de mantenimiento de las instalaciones, así como la realización de programas de sensibilización y formación que se han llevado a cabo entre los empleados.
Precisamente, la fábrica de Nestlé en Pontecesures, que se dedica a la producción de leche condensada, instaló a finales de 2016 este sistema de circuito cerrado con torre de refrigeración. Como consecuencia, esta planta redujo durante el pasado año un 62,4% el uso de agua por tonelada de producto fabricada. En concreto la utilización de este sistema más eficiente ha comportado un ahorro de cerca de 200.000 metros cúbicos de agua en 2017, equivalente al consumo diario de agua de los barceloneses.
Por su parte, la fábrica de Nestlé en La Penilla, que produce chocolates y productos de confitería, cacao soluble, harinas y cereales infantiles, leche en polvo y masas y obleas refrigeradas, cuenta con este sistema instalado desde el año 2011. En este período ha pasado de los más de 5,3 millones de metros cúbicos de agua al poco más de un millón de metros cúbicos utilizados el pasado año en su actividad industrial.
Por último, la fábrica de Nestlé en Sebares (Asturias), dedicada a la elaboración de leches líquidas y tarritos infantiles, también cuenta con este sistema que instaló en 2014. Desde entonces, ha conseguido reducir el uso de agua en más de 200.000 metros cúbicos.