“La industria cosmética es una de las más afectadas por la evolución digital. Las demandas del consumidor han cambiado y cada vez son más exigentes. Además, se trata de una industria en la que la I+D+i tiene un gran peso y en la que los ciclos de producción y salida al mercado resultan críticos”, asegura Ana Santiago, CEO de Sisteplant.
Santiago, que ha participado en la jornada organizada por STANPA, Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, “Hacia la industria 4.0 en el sector cosmético. Hoja de ruta de la transformación digital”, explica que “en los tiempos de fabricación tradicional las empresas se podían tomar tiempo para lanzar nuevos productos. Ahora, quizá, cuando se lancen, ya están obsoletos. Por eso, innovación, agilidad y calidad son los tres ejes en los que las empresas deben debe basarse para convertirse en fábricas del futuro”.
Así, en la fábrica del futuro tiene un gran peso la unión del mundo físico y el digital, la democratización y la madurez tecnológica y el incremento exponencial del flujo de datos para conocer los gustos y las experiencias de los clientes y poder introducir los cambios necesarios para adecuarse a ellos.
Ese modelo de fábrica del futuro que debe perseguir la industria cosmética debe emplear una serie de habilitadores tecnológicos como son los sensores, la robótica, los sistemas embebidos, impresión 3D, la ciberseguridad (para evitar vulnerabilidades) y la conversión de información en inteligencia.
La integración de las cadenas de suministro, la monitorización de procesos, el desarrollo de algoritmos matemáticos para replicar procesos y monitorizar para predecir y evitar fallos antes de que se produzcan, la trazabilidad de los productos y el análisis de la experiencia de uso son algunas de las claves que debe implantar la industria cosmética para alcanzar el éxito en su digitalización.
Santiago también ha querido destacar que esta transformación digital también trae consigo una transformación cultural a niveles de alta dirección, dado que según ha señalado “debemos preguntarnos cómo aportar más valor y cómo completar la oferta de productos que ofrecemos a los consumidores. En ese punto, la forma más rápida de innovar es llevar a cabo alianzas colaborativas con nuestros competidores y superar las denominadas zonas grises, porque la velocidad de los mercados es tan rápida que no nos permitirá adaptarnos al mismo”.
Para Santiago, la reinvención de la industria requiere adecuar los perfiles a estos nuevos entornos digitales, dado que el conocimiento es necesario para aportar cada vez más valor a los bienes físicos fabricados “las personas preparadas para poder moverse en este nuevo entorno tenemos que tener claro que no se pueden comprar, se tienen que formar. El operario 4.0 va a ser diferente porque va a tener que tomar decisiones en tiempo real”, añadió.