La Unión Europea eliminó la experimentación animal en productos de belleza en 2013. Ahora los eurodiputados trabajan para extender la supresión en todo el mundo.
La experimentación de cosméticos en animales y la comercialización de esos productos están prohibidos en la UE, así como en Guatemala, Islandia, India, Israel, Nueva Zelanda, Noruega, Serbia, Suiza y Turquíá. Sin embargo, se permiten en el 80% de los países del mundo.
El 20 de febrero, la comisión de Medio Ambiente ha adoptado una resolución que se debatirá y votará en la sesión plenaria de marzo, en la que pide la supresión a escala mundial de los ensayos con animales en la industria cosmética. También establece que se impida la venta de cosméticos que hayan sido objeto de dicha experimentación antes de 2023.
La resolución solicita a la Unión Europea que defienda la supresión global dentro del marco de las Naciones Unidas y que se asegure de que ésta no va a ser desvirtuada por la normativa de la Organización Mundial del Comercio.
El Parlamento está convencido de que las pruebas de cosméticos con animales en otros países ya no pueden justificarse. “Creo que en la UE ya hemos demostrado que una prohibición puede funcionar y este es el momento de ponerse manos a la obra”, señaló la responsable de la propuesta, la eurodiputada socialista maltesa Miriam Dalli.
Según la resolución, la prohibición de la UE no ha puesto en riesgo el desarrollo del sector, y destaca el potencial para innovar e investigar métodos alternativos cuyos efectos van más allá de la industria cosmética.
Los eurodiputados subrayaron que aunque la prohibición se respeta en Europa, se necesita una información más completa y fiable sobre todo de los cosméticos que se importan del exterior de la Unión Europea. La UE debe asegurarse de que no recibe productos que se han probado con animales en otros países.
El sector de la cosmética en Europa crea alrededor de dos millones de puestos de trabajo. Desde jabón y champú a maquillaje y perfumes, los consumidores usan al menos siete cosméticos diferentes al día. La normativa europea garantiza que estos productos que se aplican en el cuerpo humano sean seguros para la salud y también consideran el bienestar de los animales.