Los precios de alimentación en España están seis puntos por debajo de la media de la UE-28, según datos de Eurostat. Comparado con un país similar, en cuanto a renta per cápita y gran productor de alimentos como es Italia, la diferencia es de 19 puntos por debajo.
La razón por la que la distribución en España es capaz de ofrecer estos precios es por “su alta eficiencia en la gestión del surtido con relaciones estables entre distribución y producción y que permite mantener en los lineales los productos que el consumidor demanda en cada época del año”, aseguran fuentes de Asedas.
Otro aspecto a tener en cuenta es el equilibrio entre formatos, que ofrece al consumidor una gran capacidad de elección y asegura la diversidad del surtido y la competencia.