España cierra el tercer trimestre de este año con un ligero repunte en las previsiones de gasto de los hogares, lo que ubica a este indicador en valores positivos, algo que no sucedía desde marzo de 2011.
Aunque ha mostrado destacadas mejoras en la confianza en las expectativas económicas, España no había conseguido levantar el ánimo en cuanto a la disposición a comprar. Es más, ambos indicadores han mantenido comportamientos diferentes, llegando a existir una gran brecha entre las expectativas sobre la economía del país y el gasto en los hogares que alcanzó los 59 puntos a finales de 2015, según el último estudio GfK Clima de Consumo para Europa.
De este modo, España confirma, con el paso de los meses, una ligera tendencia a la mejoría de su disposición a comprar, aunque se desarrolla muy lentamente, ya que las variaciones del indicador oscilan entre los 2 y 4 puntos trimestrales.
Como factores que pueden haber influido en este ligero incremento de la confianza están la moderación de la inflación y las favorables previsiones sobre la reducción de la tasa de desempleo, hoy en el 17,2%. Es importante destacar también la mejora de los datos del turismo y, por tanto, del empleo estacional, como posible causa para esta mejoría. Sin embargo, habrá que estar muy pendiente de cómo la actual situación en Cataluña puede afectar a éste y al resto de indicadores.
Sin embargo, se observa un estancamiento del optimismo en las expectativas económicas. De nuevo este trimestre, el indicador se sitúa en 25 puntos, sin variación con respecto al anterior. Estamos ante una puntuación similar a la experimentada en el último trimestre de 2016 y el resto de 2017.
Tras liderar la confianza en las previsiones económicas en Europa durante 2015, esta inmovilidad de España contrasta con un clima general de confianza en el resto de la región, donde este trimestre se ha cerrado con ocho países más optimistas que nosotros.
La confianza en la economía se ha mantenido de manera significativa desde meses atrás, debido a las buenas previsiones macroeconómicas, como el crecimiento del PIB en un 3,1%, la inflación del 1,9% o una subida de las exportaciones del 6,2%. Sin embargo, hay que ver si este estancamiento en los niveles actuales se convierte en una parálisis real los próximos meses.
Finalmente, las expectativas de ingresos en España vuelven a mejorar ligeramente en relación al trimestre anterior, con una leve subida de dos puntos, que coloca el indicador en los 16 puntos (7 más que en el mismo trimestre de 2016). Se confirma así su tendencia al alza, a pesar de que todavía está muy lejos de otros países como Alemania, con 53 puntos
En este indicador influyen de manera destacada las tasas de desempleo y los salarios. Por ello, aunque el índice de generación de empleo en España es el segundo más alto de la UE, los bajos niveles salariales que todavía se mantienen no hacen prever a corto plazo un incremento significativo en las expectativas de ingresos de la población.