La organización agraria Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha cuantificado la pérdida de producción de uva entorno al 20%. Así, de los 44,2 millones de hectolitros (de vino y mosto) de 2016 se podría pasar a una cifra aproximada a los 36 millones de hectolitros en la presente campaña.
Sin embargo, existen grandes diferencias entre los territorios. De esta forma, en Castilla-La Mancha ha descendido entre un 20% y un 30%, en Extremadura entre un 40% y un 50%, en Ribera del Duero sobre un 60% y cerca de otro 60% en las Denominaciones de Origen de Galicia (excepto en la de Rías Baixas).
Asimismo, este descenso es generalizado entre los principales países de Europa. Los productores franceses barajan una pérdida del 18% y los italianos del 24%. Esto significa que se incrementará la demanda mundial del producto español porque somos el principal país exportador.
Esta bajada de producción se debe a la “la persistente sequía, las fuertes heladas, las sucesivas olas de calor y los pedriscos sufridos a lo largo del verano”, explican desde UPA.
La organización, además, ha lamentado que “esta campaña ha puesto en evidencia que el cambio climático está afectando de manera muy importante al sector vitivinícola, al igual que al conjunto de la agricultura y ganadería”.
Por otra parte, UPA ha explicado que “una menor producción debería repercutir en una subida de precio, especialmente dado el bajo nivel de existencias al inicio de la campaña”. Sin embargo, ha advertido de que no se está produciendo este incremento. La organización agraria ha apuntado a las bodegas de causar este problema al imponer precios insuficientes, hecho especialmente relevante cuando los productores han tenido que soportar un incremento de los costes de producción.