El supermercado de proximidad se define como el más sostenible desde el punto de vista medioambiental al aunar diversos factores relacionados con su modelo de negocio que contribuyen a la reducción de emisiones.
A este respecto, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), destaca las claves que aporta este tipo de comercio a la protección del medio ambiente.
Así, destaca que la proximidad a viviendas y lugares de trabajo de los ciudadanos hace que alrededor del 85% de los clientes de este tipo de supermercados hagan la compra a pie, mientras que el resto recorre en coche una media de no más de cuatro kilómetros. A ello se une que el supermercado de proximidad no necesita de grandes desarrollos urbanísticos sino que está integrado en la ciudad disminuyendo así su impacto.
Asedas destaca también el ajuste de la oferta a la demanda y señala que el poco espacio de almacenamiento disponible (los locales no superan los 2.500 metros cuadrados) hace que la rotación sea la clave en este tipo de establecimientos. De este modo, los sistemas automáticos de gestión del surtido permiten, hoy en día, ajustar al máximo la oferta y la demanda lo que, además, contribuye a reducir al máximo el desperdicio alimentario.
Por otro lado, esta asociación señala la eficiencia energética como una clave de la sostenibilidad de este supermercados, y es que se imponen los nuevos modelos de tienda eficiente que incluyen sistemas eficientes de refrigeración y climatización, la instalación de iluminación led adaptable a la luminosidad exterior y aprovechamiento de la luz solar.
Asimismo, la movilidad urbana sostenible se consigue con la introducción de camiones y furgonetas de reparto limpios (gas natural, eléctricos, etc) que mitigan, además, la contaminación acústica y con la optimización de las rutas de reparto a domicilio gracias al agrupamiento de pedidos y horarios.
A todo ello se une la reducción del desperdicio alimentario, ya que la capacidad de suministrar un surtido completo a pocos metros del hogar ayuda al consumidor a controlar sus compras para desperdiciar menos comida. Además, la eficacia en la gestión de la oferta hace que los supermercados tengan un índice de desperdicio alimentario muy bajo, en general, inferior al 1%.
Por último, Asedas destaca la reutilización y reciclaje, y recuerda que sus supermercados han conseguido la reducción de bolsas de plástico en aproximadamente un 85% desde 2009, cumpliendo de esta forma los objetivos medioambientales fijados por Bruselas. A nivel interno, la instalación de sistemas de pool de envases de fruta y verdura ha permitido también la reducción otros envases como las cajas de cartón de un solo uso.
“La inversión en sostenibilidad medio ambiental que han realizado los supermercados de Asedas en los últimos años supera los 250 millones de euros y tiene que ver con el compromiso social de seguir manteniendo al supermercado de proximidad a la cabeza de la sostenibilidad”, afirma Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.