El pasado año salieron al mercado de gran consumo más de 6.000 novedades, un 32% más que en 2015. Sin embargo, la facturación de estos lanzamientos descendió un 8% respecto al anterior ejercicio. De hecho, sólo el 10% es responsable de ocho de cada diez euros ingresados por todos ellos, según datos de la consultora Nielsen dados a conocer en el XXII Congreso AECOC de Eficiencia Comercial y Marketing.
Estos datos contrastan con la evolución del mercado de gran consumo en general, que creció el año pasado un 2,7%, y mantiene en lo que llevamos de año una tendencia similar (un 2,8% hasta marzo).
“Sin embargo, la salud del mercado se basa en dos ejes: mayor confianza y alegría para consumir y también la evolución alcista de los precios, sobre todo los productos frescos”, señala Nielsen, que destaca que ambos son responsables de más del 70% del crecimiento neto en ventas del mercado, pero la estrategia de los distribuidores y fabricantes debe basarse en la revalorización de las categorías, y aquí entra la innovación, que debe ser el motor del crecimiento en los próximos años. Eso sí, siempre y cuando sea genuina y no las ampliaciones de gama que representan actualmente uno de cada dos lanzamientos”.
Para la consultora hay varias claves para hacer más eficaz todo el esfuerzo en lanzar novedades al mercado pero que a su vez resulten relevantes para los consumidores, y de ellas destaca una especialmente: la experiencia. Y es que los españoles son más exigentes que nunca, y no sólo demandan productos, sino también experiencias, tanto de compra como de consumo.
A la hora de construir estas experiencias, hay tres ejes fundamentales: la personalización, la comodidad y el disfrute. Y de forma transversal, la tecnología. En este sentido, y entre otras medidas, se están viendo rediseños de los espacio de compra y consumo, pero esto provoca una enconada “batalla” por los metros cuadrados de las tiendas, en donde pasamos de la panadería a la tienda de productos ecológicos, es decir, una tienda generalista con una oferta especialista. Esto supone que un artículo tenga que esforzarse más que nunca para tener su sitio en el lineal.
Según Gustavo Núñez, director general de Nielsen España y Portugal, “estamos en el mejor escenario de la última década para revalorizar los productos de gran consumo, pero el consumidor no lo pone nada fácil. Las empresas deben evolucionar, ser ágiles y flexibles. Y es que la agilidad será el valor diferencial de las compañías ganadoras”.
“Batalla en la cocina”
Asimismo, la consultora explica que existe también una batalla por el territorio de la cocina, donde el consumidor, influido por su estilo de vida, se pregunta si hace algo o se pide algo para cenar. En este sentido, crece la hostelería online, es decir, pedidos a domicilio a restaurantes, con un 8% más de entregas y un volumen de negocio de 1.137 millones de euros anuales.
Y, al mismo tiempo, crecen categorías de los lineales del gran consumo como los platos preparados refrigerados, una de las más dinámicas, cuyas ventas aumentaron un 9,7% y mueve 1.289 millones de euros al año.
“Este es un buen ejemplo de adaptación a lo que quiere el consumidor, un camino que no siempre es fácil recorrer. De hecho, el mercado se encuentra con la dificultad de entender a un consumidor que se contradice, que reconoce que está falto de tiempo, pero no acaba de abrazar la compra online que le solucionaría el problema (sólo un 13% lo hace), o que dice que pagaría más por artículos que respetaran el medio ambiente, pero el 60% rara vez adquiere productos ecológicos”, concluye Nielsen.