Aproximadamente el 60% de la producción de cereza del Jerte se destina al mercado exterior, según los datos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, que ya ha comenzado a certificar las primeras cerezas de la variedad Navalinda, la única que tiene pedúnculo certificada en el Valle del Jerte.
A este respecto, el presidente del Consejo Regulador, Ignacio Montero, ha destacado que las previsiones de campaña de esta cereza, única variedad amparada por la Denominación de Origen, “oscilará entre 500.000 y 700.000 kilos” y ha recordado que estas cerezas cuentan con la contraetiqueta que garantiza su máxima calidad.
En el Valle del Jerte el cultivo de las cerezas se desempeña de una manera natural, tradicional y sin aditivos, lo que consigue que las cerezas y picotas tengan un sabor único y un altísimo contenido en vitaminas, oligoelementos, flavonoides, etc. Tras una cuidadosa selección a pie de árbol, de acuerdo a un riguroso control de calidad, sólo las mejores se identifican con el sello de la Denominación de Origen Cereza del Jerte, explican desde el Consejo.
Existen muchos tipos diferentes de cereza, la variedad principal en la zona del Jerte es la cereza sin rabito llamada picota que llega a partir de la primera quincena de junio y que, con la máxima calidad garantizada por la contraetiqueta que siempre les acompaña, estará en los mercados hasta la primera semana de agosto.