Los precios mundiales de los alimentos bajaron de nuevo en abril con las expectativas de abundantes suministros de muchos de los principales productos básicos, según señala el último índice de la FAO para los precios de los alimentos.
En concreto, el índice de precios de los alimentos de la FAO tuvo un promedio de 168 puntos en abril, un 1,8% menos que en marzo, aunque se mantuvo un 10% más alto que en el mismo período de 2016.
El descenso estuvo liderado por el precio del azúcar, que cayó un 9,1% en abril, debido a que las voluminosas exportaciones de Brasil se encontraron con la persistente debilidad de la demanda mundial de importaciones. Y el índice de precios del aceite vegetal de la FAO cayó a su vez un 3,9 % impulsado por la menor demanda de aceite de palma y las expectativas de abundantes cosechas y plantaciones de soja en América del Sur y Norte.
Respecto a los cereales, el índice de precios bajó igualmente un 1,2% en abril, lastrado por la caída de los precios del trigo, a pesar de que los precios internacionales del arroz se mantuvieron firmes.
Por su parte, el índice de precios de los productos lácteos cayó un 3,3% ya que en el hemisferio norte se entró en la temporada de mayor producción, que alivió la inquietud por el abastecimiento a corto plazo.
Por el contrario, el precio de la carne subió un 1,7%, debido a que los precios de la carne de porcino aumentaron en respuesta a la fuerte demanda interna en la Unión Europea y el incremento de las ventas a China.
Mayor producción de maíz
La FAO actualizó sus previsiones mundiales de producción de cereales para 2017, que ahora apuntan a un probable descenso anual del 0,4% con respecto a 2016, incluso si la tasa de utilización crece alrededor del 1%.
De este modo, el resultado neto de las nuevas proyecciones publicado por la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales señala un descenso del coeficiente de reservas-utilización cereales en 2017/18 al 25,8%, que es todavía una cifra alta en términos históricos, pero ligeramente inferior al nivel de la temporada actual.
Las nuevas previsiones mundiales de producción de cereales se alzaron respecto a los datos de abril, ya que Brasil apunta a contar con rendimientos de maíz superiores a lo previsto, elevando la producción mundial para ese cultivo a 1.054 millones de toneladas. La proyección de la producción mundial de arroz se mantuvo estable en 506 millones de toneladas, mientras que la previsión para el trigo, de 740 millones de toneladas, permaneció también sin cambios, ya que las menores cosechas previstas en Australia, Canadá, la Federación de Rusia y Estados Unidos se ven compensadas por probables aumentos en la Unión Europea, la India y Marruecos.
En lo que respecta al consumo en 2017/18, se espera que la abundancia de maíz y otros cereales secundarios impulsen su uso para el ganado en China y América del Sur, mientras que la utilización del arroz crecerá un 1,2% debido al aumento de la ingesta de alimentos.
Se pronostica por tanto que los inventarios mundiales para finales de temporada en 2018 casi igualen los niveles al inicio del año, aunque su composición cambiará algo. Las existencias de trigo aumentarán un 3,3% para alcanzar un nuevo máximo de 247,6 millones de toneladas, impulsadas principalmente por China, que, por otro lado, está reduciendo sus reservas acumuladas de cereales secundarios en casi 20,5 millones de toneladas.
Al mismo tiempo se prevé un descenso del comercio internacional de trigo y cereales secundarios en términos de volumen, mientras que aumenta el comercio de arroz, impulsado por una fuerte demanda en el Cercano Oriente y en áfrica.