La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) ofrece una serie de recomendaciones para la buena conservación de los alimentos en los hogares con el fin de evitar las intoxicaciones alimentarias.
Así, la FIAB asegura que es fundamental interiorizar unas sencillas prácticas, que aplicadas de manera metódica, aumentan las medidas de seguridad alimentaria en casa: empezando por realizar una compra responsable y organizar de manera adecuada los alimentos, tanto dentro como fuera de la nevera.
El primer paso para que los productos adquiridos lleguen en buen estado al hogar es empezar la compra por los productos no perecederos y terminarla por los productos frescos y congelados. De este modo, se reducirá al mínimo su tiempo a altas temperaturas, evitando la proliferación de organismos.
“Una vez en casa, debemos guardar los alimentos de manera adecuada para conservar su aroma, sabor, aspecto y nutrientes. Colocarlos según sus necesidades de conservación es esencial para su preservación.”, asegura Francisco Jiménez Colmenero, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN-CISC). “Es fundamental prestar atención al etiquetado y a los soportes informativos presentes en los alimentos para garantizar una óptima conservación”, señala el experto.
Jiménez explica también que “en la nevera, es importante ubicar los alimentos según las distintas temperaturas interiores del frigorífico, evitando posibles contaminaciones cruzadas”. Así, en los estantes superiores, se deben colocar los alimentos ya cocinados o recipientes con conservas sin acabar; en el centro, los productos lácteos, los huevos y los embutidos; y en el inferior, los alimentos crudos y perecederos además de los productos de descongelación. “Por su parte, el lugar ideal para las frutas y hortalizas en el frigorífico son los cajones mientras que las bebidas, leche, mantequilla y/o margarina, mermeladas o salsas deben colocarse en las vitrinas interiores de la puerta”, como recomienda el especialista.
En cuanto al congelador, los expertos coinciden en que la temperatura óptima debe ser de -18°C, así como extremar su limpieza, evitando el hielo y la escarcha. También inciden en la necesidad de mantener una separación entre los alimentos para no acelerar su deterioro y evitar guardarlos cuando aún están muy calientes.
Por otro lado, una vez abierto un producto, es necesario retirarlo del envase original y trasladarlo a un recipiente hermético para conservarlo. “Los tuppers y botes de cristal herméticos con tapa son ideales para guardar alimentos en la despensa y para conservar en la nevera líquidos sobrantes”, recomienda Jiménez. El envasado al vacío, por ejemplo, favorece que los alimentos se mantengan un largo periodo de tiempo sin alterar sus características nutritivas, mientras que el film transparente puede servir para protegerlos de la humedad y los olores.