La Agencia de Información y Control Alimentarios (Aica) ha cursado la petición de investigación de la caída de los precios, producida en origen, que ha afectado a la mayoría de las hortalizas. Estas bajadas, que en algunos casos llegaron a alcanzar un 85%, se produjeron durante las primeras semanas de enero.
Desde Asaja-Almería se asegura que la caída “no está justificada con un aumento considerable de la producción ni en origen ni en otras zonas productoras y tampoco ha supuesto una bajada considerable en los precios a los consumidores”.
El director de la Aica, José Miguel Herrero, se ha puesto en contacto con Asaja-Almería para informarle de que ha dado curso a la denuncia y la ha trasladado a la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios, que ya está analizando el comportamiento y la evolución del mercado de las hortalizas, para que compruebe si se han podido dar prácticas abusivas o algún incumplimiento de la Ley de la Cadena.
Para Asaja, éste es un paso importante para poder dar una explicación a la brusca caída de precios en origen y además para demostrar si la distribución anuló pedidos en origen para provocar la caída de los precios y que subió los precios a los consumidores para motivar una ralentizacion de la demanda, consiguiendo un efecto dominó que finalmente ha repercutido en los precios en origen, aprovechándose además de que el Ministerio de Hacienda alertaba de la posibilidad de que se le disparara el IPC. “Queremos que se investigue y en caso de que se detecte alguna irregularidad que se establezcan acciones contundentes, hay que acabar con el abuso y con las prácticas desleales”, señala Francisco Vargas, presidente de Asaja-Almería.
Por otro lado, la organización agraria pedirá al comercio local la máxima colaboración para poder desmantelar la presión que ejerce la distribución de alimentos sobre este eslabón de la cadena y con ello poder avanzar en una relación basada en la reciprocidad, la transparencia, las buenas prácticas mercantiles y la sostenibilidad de la cadena alimentaria. En este sentido Asaja va a continuar promoviendo un cambio en el actual modelo comercial, que está basado en unas relaciones desiguales y donde no se tiene como referencia la propia rentabilidad del productor.
Por ello, Asaja quiere recordar que la cadena no es sostenible en este momento ya que productos de primera necesidad como son los tomates o las berenjenas se están pagando a los agricultores por debajo de los costes de producción en una situación de mercado sin incidencias y donde la producción de la provincia es ahora predominante en los mercados europeos.