Los eurodiputados han aprobado el acuerdo económico y comercial global con Canadá (CETA, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo impulsar el intercambio de bienes y servicios y el flujo bilateral de inversiones. El histórico acuerdo podría aplicarse provisionalmente ya en abril.
“Con el CETA, apostamos por la apertura, el crecimiento y elevados estándares, por encima del proteccionismo y el estancamiento económico”, subrayó el responsable de la tramitación parlamentaria del acuerdo, Artis Pabriks (PPE, Letonia) durante el debate previo a la votación.
“Compartimos valores comunes con Canadá, un aliado en el que podemos confiar. Juntos podemos construir puentes, en vez de un muro, para la prosperidad de nuestros ciudadanos”, añadió Pabriks, quien consideró que el CETA será una referencia para futuros acuerdos comerciales en todo el mundo. Este acuerdo recibió el apoyo de 408 eurodiputados, 254 votaron en contra y 33 se abstuvieron.
El CETA eliminará los aranceles sobre los bienes y servicios más vendidos en Europa y Canadá y también establece el reconocimiento mutuo de las certificaciones para una amplia gama de productos.
Además, Canadá abrirá sus mercados federales y municipales de contratación pública, como ya lo están en Europa. Los proveedores europeos de servicios, desde el transporte marítimo a las telecomunicaciones e ingeniería, servicios ambientales y de contabilidad, tendrán acceso al mercado canadiense.
La UE podrá exportar casi el 92% de sus productos agrícolas y alimenticios a Canadá sin aranceles. Sin embargo, la denominación de origen de los productos de la UE está protegida por el CETA. Canadá ha acordado proteger 143 indicaciones geográficas de la UE. Hasta 27 productos españoles tendrán una protección especial en virtud del acuerdo. Los turrones de Jijona y Alicante, Guijuelo, Los jamones de Huelva y Teruel o las salchichas Vic y el azafrán manchego, entre otros, mantendrán su lugar único en los mercados de ambos lados del Atlántico.
También se han incluido cláusulas sobre desarrollo sostenible para salvaguardar los estándares medioambientales y sociales y garantizar su refuerzo mediante el comercio y la inversión.
El CETA no suprimirá los aranceles en los ámbitos de servicios públicos y audiovisuales, transporte, y algunos productos agrícolas como lácteos, avícolas y huevos.
Las negociaciones del CETA comenzaron en mayo de 2009 y concluyeron en septiembre de 2014. El acuerdo entre la UE y Canadá se firmó el 30 de octubre de 2016. En 2015 la UE importó mercancías de Canadá por un valor de 28.300 millones de euros, mientras que las exportaciones alcanzaron 35.200 millones, cifras que podrían aumentar en más de un 20% cuando el acuerdo se aplique en su totalidad.