La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha pedido la prohibición de la publicidad de alimentos poco saludables que se dirigen a los más pequeños ya que “es fundamental pasar de la autorregulación a una regulación que impida la promoción de productos no saludables”.
Así, al incremento de la obesidad infantil en España en los últimos años, se ha sumado un incremento del número de anuncios dirigidos a menores publicitando alimentos poco saludables, y todo sin que los códigos de autorregulación adoptados por la propia industria hayan servido para atajar un problema del que se viene advirtiendo desde todo tipo de organizaciones, denuncian desde la OCU.
Por ello, desde la organización se trabaja para regular este tipo de anuncios y que se impida que la publicidad de productos infantiles poco saludables pueda seguir creciendo sin control alguno.
“Es incuestionable que cuando la publicidad de productos alimenticios va dirigida a niños y adolescentes, esta debe estar sometida a regulaciones estrictas pues se trata de un público vulnerable y sin un criterio formado para responder racionalmente a estos estímulos. Sin embargo, seguimos aún sin un mecanismo que regule este tipo de publicidad, limitándonos a confiar en sistemas de autorregulación de resultados más que cuestionables como el código PAOS”, explican desde la OCU.
Esta situación ha llevado, en opinión de OCU, a un total descontrol pues muchos de los alimentos que se publicitan para el público infantil distan de cumplir con unos requerimientos nutricionales mínimos. OCU denuncia que las autoridades españolas y comunitarias se resisten a incluir criterios mucho más estrictos como los de la Organización Mundial de la Salud y se conforman con iniciativas mucho más laxas como la EU Pledge, con exigencias mucho más modestas.
Así, según la OCU, es momento de pedir regulaciones más ambiciosas y restricciones menos tenues, limitando la publicidad de productos alimenticios dirigida a menores de 12 años a los productos frescos o adoptando modelos legislativos como el adoptado recientemente en Chile. Además, desde OCU se exige que los criterios para determinar qué productos exceden en su composición los límites para poder ser publicitados partan de los criterios establecidos por la OMS como base mínima.