La Asociación española de elaboradores de platos refrigerados asegura que el sector ha experimentado en 2008 un crecimiento del 10,9% en volumen y un 8,5% en valor, hasta los 705 millones de euros, con respecto al año anterior.
De acuerdo a los datos de la consultora Nielsen, con un TAM a diciembre de 2008, el crecimiento en valor de este mercado se cifra en un 6%, mientras que la consultora DBK asegura que el crecimiento ha sido de un 6,9% representando el 33% de la facturación total de los platos preparados.
En 2007, se produjo un crecimiento “difícil de superar”, aseguran fuentes de la asociación, especialmente si se tiene en cuenta la situación económica actual. No obstante, los platos refrigerados se afianzan en los hogares españoles debido a los cambios de hábitos de consumo y el esfuerzo de los fabricantes en desarrollar propuestas sabrosas y saludables.
Así, según un estudio presentado por la asociación, en colaboración con Ipsos, el 80% de los encuestados asegura consumir platos preparados refrigerados porque “sacan de un apuro si no tienes nada en la nevera”. Además, hay un 77% que explica el consumo de estos alimentos porque “permiten tener comida lista en poco tiempo”, mientras que un 73% indica que “ahorran tiempo y preparación en la cocina”.
La mayoría de los consumidores están familiarizados con estos productos y los han incorporado a su menú porque “son fáciles de preparar, almacenar y limpiar”, además de porque son rápidos y variados.
Los platos refrigerados se perciben como aliados porque ayudan y liberan a la hora de hacer la comida, al mismo tiempo que son concebidos como productos cercanos a lo natural y casero.
El plato refrigerado ideal es aquel que evoca la idea de saludable, tiene un sabor agradable, es aceptado por varios targets, tiene una presentación apetitosa, un precio asequible, cierto nivel de elaboración sin parecer manipulado y es recomendado por amigos y familiares.