Velarte, la compañía dedicada a la fabricación y distribución de rosquilletas y snacks horneados, busca un envase que respete las características organolépticas de su producto para que permanezca crujiente, pero dentro de una atmósfera inerte, y que a la vez alargue su vida útil hasta 12 meses, sin dejar de ser atractivo para el consumidor.
La compañía necesita alargar la vida útil de su producto hasta los 12 meses para poder “cruzar el charco”, según ha puntualizado el Marketing Manager de productos Velarte, José Manuel Selma.
Actualmente, los seis meses con los que la empresa trabaja “son suficientes para mercados como el nacional o el europeo, pero no nos permiten dirigirnos hasta América”, ha subrayado Selma.
Además, el Marketing Manager de productos Velarte ha explicado que “tenemos otro hándicap con nuestro embalaje y es que al utilizar atmósfera inerte, el packaging pierde atractivo de cara al consumidor”. En la actualidad, ha explicado, las personas, al fin y al cabo, “compramos envases, no productos, porque comemos por la vista. Todo lo que está bien presentado y comunica bien, venderá mejor”.
Desde Velarte han hablado de otra de las soluciones en packaging que se han tomado para preservar las roturas de sus productos con un grado muy elevado de fragilidad. En este caso, primero se optó por la creación de una bandeja de pulpa de caña de azúcar, que procede de un origen mucho más natural, y daba un aspecto más rústico al producto. Sin embargo, finalmente, la compañía optó por la creación de esta bandeja en cartón, ante las pocas empresas que realizan embalaje con este material.