Los españoles presentan unos patrones alimentarios muy similares a los de países del sur de Europa, sin reflejar ningún tipo de adherencia a la dieta mediterránea, según un estudio de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (Finut).
“Seguimos conservando hábitos propios de esta dieta como la grasa añadida o el aceite de oliva, que nos diferencia de otros países del centro y el norte de Europa”, asegura Emilio Martínez de Victoria, catedrático de Fisiología e Investigador del INYTA (Universidad de Granada) y miembro del Comité Científico de la Finut.
Actualmente, además de los hábitos alimentarios, el consumo de alimentos y los patrones dietéticos, el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades pasan por hábitos de vida saludables que incluyen actividad física regular, comportamientos no sedentarios, tabaco, alcohol y una nueva vertiente la sostenibilidad ambiental.
Así, el caso de España se aleja relativamente de este patrón ya que “entre la población adulta joven (entre 20 y 40 años) existe un porcentaje importante con comportamientos claramente sedentarios y que no alcanzan las recomendaciones de actividad física de al menos 30 minutos diarios, cinco días a la semana”, resalta el doctor Martínez.