La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que agrupa a casi el 70% de la distribución alimentaria, comercializa un tercio de las frutas y hortalizas que se venden en España. Esto supone unos 3.000 millones de kilos de fruta y verdura fresca y transformada. Son, por ello, un termómetro ideal para detectar cambios de comportamiento en el consumidor y trasmitirlos a los productores y obtentores.
Felipe Medina, responsable de Cadena Alimentaria en ASEDAS, ofrece las 10 tendencias sobre el consumo de frutas y verduras:
– El consumo se traslada al supermercado. Según el MAGRAMA, en 2015, la compra de productos frescos se realizó en supermercados en un 45%, frente al 30% del 2002.
– Las parejas jóvenes tiran del consumo. Se observa un incremento de parejas jóvenes que buscan productos saludables, de calidad, fáciles de preparar y a buen precio.
– El consumidor busca calidad y sabor. Son los atributos que empujan al consumo de frutas y hortalizas. No se debe olvidar dar prioridad a la madurez de los productos (listos para el consumo), el sabor y la facilidad de consumo y preparación.
– Productos saludables, “supersanos” y de temporada. El consumo de frutas y verduras está relacionado con un concepto saludable de la vida que incluye una “vuelta a lo natural”.
– Compra por piezas, no por kilos. El incremento de unidades familiares pequeñas y de hogares unipersonales hace que la tendencia al mono-consumo esté en alza. Ya no se compra por kilogramos sino por piezas y esto hace que se dé prioridad a la venta por piezas. Un ejemplo es que el 85% de las ventas de sandía es por mitades.
– Packaging sostenible. En coherencia con la búsqueda de una vida sana y medioambientalmente sostenible, el consumidor exige un packaging reducido y reciclable.
– Productos fáciles de cocinar, preparar y consumir. El nuevo consumidor tiene poco tiempo para cocinar, por lo tanto, se inclina por la rapidez en el consumo con productos preparados (sopas) y de 4ª (hortalizas y frutas frescas limpias, troceadas y envasadas para su consumo) y 5ª gama (ya procesadas y preparados para el consumo inmediato).
– Productos sin carne: vegetarianos y veganos. Una tendencia en alza con un aumento de la penetración de productos como la quinoa, el tofu o embutidos vegetales.
– Un consumidor hiper-conectado, hiper-informado y protagonista: prosumer. El nuevo consumidor llega al supermercado con toda la información necesaria para hacer su compra.
– La tendencia multicanal. La experiencia de compra en la tienda es importante ante la variedad de estímulos que ayudan al consumidor a tomar decisiones, sobre todo relacionadas con la compra de alimentos frescos. Pero, junto a ella, la digitalización es un valor en alza, con un crecimiento en cuanto a penetración del 8% en 2004 al 42% en 2015, según el último estudio del BBVA.