El comercio contribuye a la seguridad alimentaria mundial y una mejor nutrición, subrayando específicamente su papel potencial como "herramienta de adaptación" al cambio climático, aseguró el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo.
En un mensaje transmitido por video a los ministros de Agricultura y Comercio y otros funcionarios gubernamentales y expertos que participan en una reunión de alto nivel sobre los precios de los productos básicos agrícolas en la sede de la FAO en Roma, Azevêdo, aseguró que "en las circunstancias adecuadas" el comercio proporciona a las personas la oportunidad de participar en los mercados globales y ayuda a crear incentivos para que los productores puedan invertir e innovar.
La "decisión histórica" alcanzada en Nairobi en diciembre de 2015 por los miembros de la OMC para eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas, según Azevêdo "ayudará a crear condiciones equitativas en los mercados agrícolas, en beneficio de los agricultores y exportadores en desarrollo y los países menos desarrollados".
Por su parte, el director general de la FAO, Graziano da Silva, explicó a los reunidos que la bajada de los precios alimentarios podría frustrar los esfuerzos internacionales para erradicar el hambre y la pobreza extrema, a menos que se tomen medidas para garantizar unos ingresos y medios de vida dignos para los pequeños productores.
A nivel mundial, se considera que los precios de los alimentos en términos reales están volviendo a su tendencia a la baja a largo plazo, ya que el crecimiento de la oferta supera a la demanda. Esto sigue a los bruscos aumentos de precio experimentados en el período 2008-12 y al período prolongado de volatilidad en los mercados alimentarios, explicó Graziano da Silva.
"Como reguladores -añadió-, se enfrentan ustedes al desafío de mantener los alimentos asequibles para los pobres, al tiempo que garantizan incentivos adecuados para los productores, incluidos los agricultores familiares".
"Los bajos precios de los alimentos reducen los ingresos de los agricultores, especialmente de los campesinos familiares pobres que producen los alimentos básicos en los países en desarrollo. Esto corta el flujo de dinero en efectivo en las comunidades rurales y disminuye los incentivos para nuevas inversiones en producción, infraestructuras y servicios", señaló el Director General de la FAO.
Subrayó igualmente la necesidad de considerar la actual disminución de los precios de los productos básicos agrícolas en el contexto de los esfuerzos de la comunidad internacional para alcanzar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.