Un consumidor más práctico, analítico y crítico en la lectura de las etiquetas, según la “Encuesta de hábitos de consumo 2016”,que analiza los hábitos de compra y consumo de más de 2.000 consumidores, con el objetivo de conocer mejor al usuario e informarle, mejorar su protección y conocimiento y fomentar un consumo responsable y sostenible.
La Mesa de Participación, grupo de trabajo constituido por las asociaciones de consumidores CEACCU, FUCI, CECU, UNAE y UCA/CAUCE y Mercadona, presenta la tercera parte de la “Encuesta Anual de Consumo 2016”.
En general, el consumidor percibe que en el ámbito de la alimentación, dispone de información suficiente. Sin embargo, se trata de una impresión que no se traduce en un mayor conocimiento, o en una información suficientemente útil a la hora de tomar elecciones de consumo.
Nos encontramos con un consumidor más activo, exigente y que se informa. Así, el 71% contesta que busca información antes de comprar el producto, siendo la etiqueta la principal fuente de información, seguida de internet (7%) y la web de los establecimientos (2%).
El consumidor es poco constante en su hábito de leer las etiquetas. Sólo el 44% de los consumidores encuestados afirman leer siempre la etiqueta, frente a un 55% que declaran que no la leen o sólo lo hacen de vez en cuando. Es necesario sensibilizar a los consumidores de la importancia que tiene leer la etiqueta, para no hacer una compra a ciegas.
El grado de satisfacción y valoración del etiquetado de los alimentos debe mejorar. El análisis nos desvela que, la mayoría considera que los datos que recogen las etiquetas de los alimentos no son todo lo útiles que desearían y que sólo un 55% de los encuestados confía en dicha información. La mayoría (56%) piensa que las etiquetas no le son útiles, señalando los siguientes problemas: poca visibilidad (27%), confusión (23%) y poca relevancia (6%).
La información nutricional, a pesar de su reciente obligatoriedad, sólo se tiene como importante por el 6% de los encuestados, dándose una gran contradicción, ya que cada vez se da más importancia a la salud y, sin embargo, no se ve como dato relevante la información nutricional tan íntimamente ligada a ella.