La Unión Europea ha elaborado un informe sobre regulaciones de las prácticas comerciales en la cadena alimentaria en los diferentes Estados miembros. España se sitúa como país pionero en implantar una regulación específica para la cadena alimentaria y lidera la creación de una normativa propia para el sector.
Mediante la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, España inició el camino en la Unión Europea para la regulación de las relaciones comerciales en la cadena alimentaria. Esta normativa ha servido como modelo a los países de la Unión, que han establecido normas similares en sus respectivos Estados, con el objetivo de lograr el equilibrio en las relaciones comerciales.
Así, los países que tienen modelos similares al español son Alemania, Eslovaquia, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido y República Checa. Cinco de ellos (Eslovaquia, Italia, Reino Unido y República Checa, además de España), cuentan con una normativa específica para el sector, mientras que los otros tres disponen de leyes genéricas que se aplican a diferentes sectores económicos y no son exclusivas para la cadena alimentaria.
Además, en Eslovaquia, Francia, Portugal y Reino Unido existe un organismo específico similar a la Agencia de Información y Control Alimentarios de España (AICA), como autoridad de control.
El informe destaca igualmente que la legislación española ofrece cobertura a todos los eslabones, además de implementar instrumentos autorregulatorios, a través del Código de Buenas Prácticas Mercantiles.
También destaca la labor de AICA por el número de inspecciones realizadas, los casos investigados y las multas propuestas por incumplimientos de la ley de la cadena alimentaria. De hecho, España es el Estado miembro que más sanciones propone, con una de las cuantías más elevadas de la Unión Europea.