Crece el número de clientes en las tiendas de proximidad del barrio, un 57% frente al 54,3% del mismo trimestre del año anterior, según la última edición del Indicador del Comercio de Barcelona (IcoB), correspondiente al primer trimestre de 2016.
Las visitas de los turistas también crecen, del 17,7% al 19%, lo que demuestra que, tras varios años sufriendo directamente la crisis, las tiendas de los ejes comerciales de Barcelona presentan, en su mayoría, un buen saneamiento económico.
Así, y según se desprende del estudio, tres de cada cuatro comerciantes de la ciudad (el 77,9%) pueden hacer frente a todos sus compromisos económicos para pagar los gastos de su tienda, es decir, los alquileres, los salarios, las mercancías y los proveedores de servicios, los gastos corrientes y los impuestos. Por contra, los demás comerciantes barceloneses que han sobrevivido a la crisis (el 22,1%) no pueden hacerlo y, por este motivo, tienen que buscar financiación externa o bien recurrir a su patrimonio para mantener abierto el negocio, con lo cual están erosionando los recursos propios.
En el IcoB del primer trimestre de 2016, el 82,3% de los comerciantes encuestados afirman que pagan salarios de mercado a sus empleados y el 75,8% hace lo propio con su salario como propietarios y con los de los familiares que están trabajando en sus tiendas. En este sentido, cabe destacar también la gran estabilidad: el 72,9% mantienen la plantilla en las tiendas de Barcelona, frente al 12,5% que manifiestan que la han reducido y el 14,6% que la han aumentado.
Francesc Valls, catedrático de Marketing de ESADE y autor del estudio, asegura que “pese a que el escenario del comercio de proximidad no es bueno, confirma la salud de las tiendas que siguen abiertas tras la crisis". Además, el tímido repunte de la compra de impulso hace pensar en una posible mejora de la situación a medio plazo.
Lo que no mejora es la estructura de los ingresos, que se mantiene en una atonía sostenida, y ello ha provocado que, en este último trimestre, los tiques de compra y la facturación sigan en negativo, comparados con los del mismo período de años anteriores (-1,3% y -1,0%, respectivamente).
En opinión de los encuestados, esta atonía solo se rompe con determinadas acciones o campañas puntuales, como el Black Friday, el Cyber Monday o las Navidades, lo cual está favoreciendo, sin duda, el dominio de las políticas de ofertas y descuentos, que no hacen más que consolidarse.
Ante esta nueva situación, los comerciantes se dividen claramente en dos colectivos muy definidos: el que afirma no hacer nada o que no necesita hacer nada (el 43,6%), y el resto (el 56,4%), que se esfuerza por diversificar (el 24%), que aumenta la publicidad y la comunicación (el 20,1%), que baja los precios (20%) o que perfecciona la decoración y la ambientación de la tienda (el 13%). Son dos actitudes contrapuestas en que la mayoría opta por tomar medidas activas.