En los dos últimos años, las empresas españolas del gran consumo, integradas en el proyecto “La alimentación no tiene desperdicio”, han logrado incrementar en un 6% la cantidad de producto que, tras no ser comercializado, se ha donado a entidades benéficas. De este modo, según AECOC, se ha pasado del 27% al 32% del total de producto no comercializado apto para el consumo humano.
El objetivo de esta iniciativa es hacer frente al desperdicio alimentario mediante la creación y aplicación de prácticas eficientes a lo largo de toda la cadena de valor, desde el sector primario al consumidor final.
En segundo lugar, se pretende conseguir maximizar el aprovechamiento del excedente producido a lo largo de las diferentes fases de la cadena de valor y por último, esta campaña tiene como misión sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de reducir el desperdicio alimentario, ya que es quien genera la mayor parte de este desperdicio. Según la Comisión Europea, del total del desperdicio generado en 2015, el 42% pertenece a los hogares, el 39% a la industria, el 14% a la restauración y el 5% al comercio.
La iniciativa cuenta con el apoyo de más de 300 empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, servicios logísticos y transporte y está coordinada desde AECOC a través de dos comités de trabajo: