El sector alimentario es el sexto en inversión publicitaria, con 279,2 millones de euros. Sin embargo, los expertos consideran que este tipo de publicidad introduce conceptos confusos, pese a que la ley y los códigos éticos tratan de proteger a los consumidores
Así, nutricionistas y científicos consideran que en la publicidad de los alimentos es habitual introducir conceptos confusos, exagerados y contradictorios, que generalmente crean falsas expectativas a los consumidores.
Y todo a pesar de que la ley y los códigos éticos tratan de protegerles garantizándoles libertad de elección, seguridad alimentaria, lucha contra el fraude y control de la información incorrecta, según informa Eroski Consumer.
El consumidor de este siglo XXI es “más crítico y exigente, conoce sus derechos y los ejerce”, sin embargo, también vive “saturado de información (no siempre rigurosa y científica) y está contaminado por un exceso de publicidad que bordea en muchas ocasiones los límites de la veracidad”, según la Escuela Nacional de Sanidad (ENS).