Del total de litros vendidos en el sector de alimentación de los principales mercados mundiales, el 6,2% corresponde a vino español, según un estudio de Nielsen para el Observatorio español del mercado del vino.
El total de consumo de vino en el canal de alimentación de estos principales mercados se sitúa en 4.354 millones de litros. De este volumen total, España participa con una cuota que osciló el año pasado entre el 15,1% de México y el 1,1% de Estados Unidos. éste último, un país llamado, en dos o tres años, a convertirse en el primer consumidor mundial y donde el potencial de venta, especialmente en un sector como el del público joven, es aún muy amplio.
Con un crecimiento del 2% en volumen, el mercado del vino en la alimentación de Estados Unidos supone un total de 1.092 millones de litros. Aquí, España mantiene una participación del 1,1% en el volumen de las ventas, que alcanza hasta el 1,7% si la participación se mide en valor. Estas cuotas sitúan a España muy por debajo del 8,1% de Australia o del 7,4% de Italia y cerca del 2,1% de Francia en volumen.
No hay que olvidar que más del 75% de este segmento lo copan los propios vinos norteamericanos, mientras los tres primeros exportadores pierden cuota de participación. Aunque los tintos son los más demandados de entre los vinos españoles, con un 42,4% del total de nuestras exportaciones a este país, no le van a la zaga los rosados, con un 39,1%. Respecto a su precio medio, mientras los vinos franceses, incluyendo el Champagne, se pagaron a una media de 9,96€, los españoles se quedaron en 6,73 euros, siendo el más caro del resto de países competidores.
Por su parte, el mercado del vino en la alimentación de Gran Bretaña es de 955 millones de litros. En él, el porcentaje de vino español alcanzó, en 2008, el 9,8%, por detrás de los vinos australianos, norteamericanos, franceses e italianos; y cayendo un 2,9% con respecto al año anterior. Se trata de un mercado con un descenso en vinos tintos, espumosos y generosos y un aumento en rosados, el vino de moda en el país.
En valor, las ventas de vinos españoles aumentaron un 1,9% en 2008, hasta alcanzar una cuota del 9,8% del mercado, muy por debajo del 20,5% de cuota de Australia, el 14% de Estados Unidos, el 19% de Francia o el 11% de Italia. Este ritmo de crecimiento de nuestras ventas se situó por debajo del 3,4% que creció el mercado en general, pero fue superior al de australianos y franceses. El precio medio fue de 4,43 libras por botella, similar al de Australia y sólo por debajo de las 4,74 libras de los vinos franceses.
El sector alemán de alimentación compró en 2008, un total de 1.734 millones de litros de vino. En este mercado, España tiene una cuota del 7,6% en volumen y del 10% en valor, por detrás de los propios vinos del país, con algo más de la mitad, los italianos con el 13,1% en volumen y los franceses con un 11,1%. Curiosamente, los alemanes, que suelen ser compradores de vino barato, sitúan a España con el precio medio más elevado de 2008, al alcanzar los 2,32€ por botella frente a los 2,18€ de Australia o los 2,04 euros de Francia. España ha perdido cuota frente a Francia, en un mercado en el que descienden las ventas de generosos y blancos frente a espumosos y rosados, que aumentan de manera significativa.
En definitiva, en un mercado, en el que la crisis no hizo mella especialmente en 2008, el vino español perdió, en líneas generales, algo de fuelle en relación con su espectacular crecimiento de años anteriores, aunque mantuvo el tipo en términos monetarios, porque los precios medios continuaron subiendo hasta el punto de situar a los vinos españoles entre los más caros de cada mercado salvo el suizo. Aunque las tendencias de compra en los países analizados varían sustancialmente, tanto en los tipos de vino de preferencia como en la participación del vino español, se muestra una tendencia creciente en el consumo de vinos rosados, blancos y espumosos que parece que España no estuviera sabiendo aprovechar.