Cada vez que un visitante de nacionalidad china entra en una tienda se deja una media de 1.000 euros, es decir, casi el mismo dinero que invierte un ciudadano comunitario en poco más de una semana de estancia en España.
Estos datos corresponden a una comparativa de datos de Global Blue, operador internacional de Tax Free con más de 35 millones de devoluciones de IVA al año, y la encuesta de gasto turístico Egatur de Tourespaña.
Del total de visitantes que llegan a España, sólo cinco millones proceden de fuera de la Unión Europea y de éstos, sólo 300.000 tienen pasaporte chino.
Estos visitantes se caracterizan por su mayor nivel, tanto en el coste de sus pasajes, debido a la larga distancia, como a la elección de hoteles de cinco estrellas o incluso gran lujo. En cambio, los europeos buscan alojamientos de categoría media, que le permitan ajustar el presupuesto durante su estancia.
Además, se diferencian en la forma de emplear su tiempo. Mientras los turistas comunitarios buscan sol y playa, el chino dedica el 70% de su presupuesto total de viaje a las compras, siendo sus destinos prioritarios Madrid y Barcelona.
De hecho, según Egatur, la Comunidad de Madrid incrementó el gasto medio por persona un 1,5% en agosto, en parte debido al volumen generado por los países asiáticos.
Y es que mientras el comunitario opta fundamentalmente por un viaje de placer y desconexión –según fuentes del sector, el 93% del gasto realizado correspondió a turistas que visitaron España por ocio-, el asiático tiene como principal interés turístico el shopping, fundamentalmente relojerías, grandes almacenes y tiendas de complementos (marroquinería de alto nivel). De hecho, según Nielsen, el 90% sale del país sabiendo exactamente qué producto va a comprar.
El Country Manager de Global Blue España, Luis Llorca, asegura que “más de la mitad de los turistas que recibe nuestro país son franceses, alemanes y británicos que eligen España por el sol y playa, es decir, estamos ante visitantes que generan pocos ingresos pero que demandan recursos del país (infraestructuras, sanidad…). Sin embargo, el turista extracomunitario es todo lo contrario: generador de riqueza y empleo y poco demandante de recursos, y por tanto, objetivo prioritario para la industria turística de nuestro país”.