Suben las temperaturas y llegan las olas de calor, y una de las consecuencias que están directamente relacionadas con estos fenómenos es el aumento del sudor siendo el verano la época del año en la que más se suda puesto que nuestro cuerpo debe hacer un esfuerzo mayor para regular su temperatura con la del entorno. De hecho, poca gente sabe que el hombre es uno de los animales que más suda equiparándose a un caballo o camello.
Sin embargo, no todas las personas sudamos de la misma forma. Tal y como afirma el Estudio sobre el Sudor elaborado por el Centro de Investigación y Desarrollo de desodorantes de Unilever, existen diferentes tipos de sudoración en función del sexo y la edad. De esta forma, el estudio revela que los hombres sudan hasta un 50% más que las mujeres, así como que los jóvenes segregan más sudor que las personas mayores.
Tal y como afirma la portavoz del Estudio del Sudor Judith Sanz “esta investigación evidencia que existen diferentes necesidades de sudoración a lo largo de nuestra vida, y que por tanto es preciso escoger el desodorante que mejor se adapte a las necesidades concretas de cada etapa”.
La investigación del Estudio sobre el Sudor pone de manifiesto que, a medida que el cuerpo envejece, el ciclo de sudoración varía. Los recién nacidos nacen con glándulas sudoríparas que no comienzan a activarse hasta las dos semanas de vida, sin embargo no es hasta la pubertad cuando el cuerpo alcanza la máxima tasa de sudoración. Es en esta etapa cuando el cuerpo experimenta una mayor transformación y pasa de la infancia a la edad adulta y es aquí cuando comienzan a activarse las glándulas sudoríparas apocrinas, que son las causantes del mal olor.
Sin embargo, a medida que el cuerpo envejece la sudoración disminuye. Según el Estudio sobre el Sudor, este hecho se debe a que el tamaño y el número de las glándulas sudoríparas se ven reducidos y por tanto el cuerpo hace menos uso de ellas.