Kraft Foods ha alcanzado un acuerdo con Nueva Rumasa para la venta de su planta de Mahón. Según el acuerdo, Nueva Rumasa adquirirá a través de su filial Carcesa la planta ubicada en Mahón y las marcas de queso fundido Tranchettes, Santé y Quesilettes.
La marca El Caserío no forma parte de esta transacción.
La operación, que está sujeta al habitual proceso de auditoría legal y financiera (due dilligence) será efectiva el próximo 30 de junio, como fecha límite.
Dentro del acuerdo, Kraft mantendrá la producción de El Caserío en la planta de Mahón hasta finalizar el presente año y suscribirá un contrato de co-manufactura de una parte del volumen durante tres años. Paralelamente, se establecerá un contrato transitorio de prestación de servicios, de manera que Kraft realizará de forma temporal algunas funciones de apoyo para facilitar una transición ordenada del negocio.
La planta de Mahón ocupa a 164 trabajadores fijos. Nueva Rumasa, como viene siendo habitual, ha asumido el compromiso de mantener los puestos de trabajo.
Kraft anunció el cierre de la planta de Mahón el pasado 11 de diciembre como solución a su problema de exceso de capacidad productiva de sus plantas de queso fundido en Europa, tras intentar la venta de la instalación durante cuatro años. Desde entonces, la compañía se ha mostrado abierta a escuchar a cualquier parte interesada que pudiera propiciar el mantenimiento de la actividad y los puestos de trabajo de la planta.
Para Kraft, es una satisfacción haber encontrado una solución que permita mantener la actividad en la planta de Mahón y los puestos de trabajo. Kraft Foods vendió a Nueva Rumasa su negocio de patés, zumos y tomate en conserva (incluyendo sus plantas de Mérida, Don Benito y Montijo) en 2008 y ha podido comprobar desde entonces cómo tras esta adquisición Nueva Rumasa ha invertido en las plantas y ha mantenido y aumentado los niveles de empleo de las mismas. A lo largo de este proceso, Kraft Foods ha recalcado en varias ocasiones que su opción preferida era la venta de la planta.