La crisis ha generado nuevos patrones de comportamiento. En plena crisis de consumo primaba la razón (calidad/precio/utilidad) frente a la emoción (marca/experiencia). Ahora, que parece que empiezan a verse los brotes verdes, repunta la emoción, aunque no se sabe exactamente cuál va a ser el nuevo punto de equilibrio.
Además, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, esa emoción también responde a la marca de distribución, definitivamente asentada, y que el consumidor post-crisis ha acogido como una referencia cotidiana, asegura Eva Vila, de la consultora IRI, durante las jornadas de ACES.
En el 2014, las enseñas de fabricante recupera cuota de mercado (crece un 1,5%) frente a la marca de distribución, resultado de un reposicionamiento en precios y promociones que la hacen más atractiva.
Con una visión más de largo plazo, hay que considera que los cambios sociodemográficos y tecnológicos van a tener un impacto en el consumo. Si se considera el comportamiento que tendrán los “baby-boomers” (nacidos entre 1946-1964), los “millenials” (nacidos entre 1982 y 2000) y la llamada “generación X” (nacidos entre 1965-1982), se podría llegar a responder a un consumo dual o quizá simultaneando tres formas de consumo diferenciadas. “Dentro de 20 años los “millenials” serán mayoría”, asegura Santiago Carbó, de Bangor BE-FNUCAS.
Este es el contexto actual del sector, desde la perspectiva social y demográfica. Somos menos y somos distintos (inmigrantes que retornan a su país, emigrantes patrios, baja natalidad o alta esperanza de vida)
Hay un nuevo consumidor, los que tienen una edad de más de 80 años. El porcentaje de población de tercera edad se disparará en casi todos los países en las próximas décadas, explica Gregorio Valera, de la FEN.