El Parlamento Europeo ha aprobado una nueva ley por la que se limitaran las tasas que los bancos cargan a los comercios para procesar los pagos de sus compradores. Así, las comisiones por pago con tarjeta tendrán un tope, lo que beneficiará tanto a minoristas como a compradores.
El límite, que se aplicará tanto a los pagos transfronterizos como a los realizados con tarjetas nacionales, debe suponer una reducción en los costes para los usuarios.
"Esta legislación, junto con la próxima Directiva de Servicios de Pago, establecerá la igualdad de condiciones para los pagos en toda Europa: debe mejorar la transparencia de las comisiones, estimular la competencia y permitir a los minoristas y usuarios elegir las redes de tarjetas que les ofrecen mejores condiciones", asegura Pablo Zalba (PPE, ES), ponente del informe del Parlamento.
En la actualidad, el intercambio de comisiones para pagos con tarjeta, pagadas por el banco del minorista al banco emisor de la tarjeta, no es transparente y difiere entre los países de la UE. En algunos están sujetos a la legislación y en otros a las decisiones de las autoridades nacionales de la competencia.
Estas comisiones se pagan directamente a los bancos pertenecientes a las redes de tarjetas como Visa y MasterCard (denominados sistemas "cuadripartitos"), que incluyen un banco emisor, el banco del minorista, el minorista y el usuario de la tarjeta, que en conjunto controlan la mayor parte del mercado. A los minoristas se les cobra por cada transacción de tarjeta y se añaden los costes de los precios de los productos o servicios que ofrecen.
De este modo, para las transacciones transfronterizas, la nueva normativa ha acordado una comisión límite del 0,2% del valor de la transacción, mientras que para las transacciones con tarjetas de débito domésticas, se aplicará el mismo límite del 0,2% tras un período de transición de cinco años en el que los Estados miembros pueden limitar las comisiones al 0,2% del "valor medio de transacción anual ponderado de todas las transacciones domésticas con tarjeta".
Además, para transacciones menores con tarjetas de débito domésticas, los Estados miembros pueden fijar una comisión máxima de 0,05 euros por transacción, tras los cinco años del período de transición.
En la actualidad, los comerciantes minoristas están en ocasiones obligados a aceptar todo tipo de tarjetas en virtud de las condiciones establecidas por los emisores de las mismas. Según la nueva normativa, los minoristas que escojan un sistema en concreto tendrán que aceptar únicamente tarjetas que estén sujetas a ese tipo de normativa. Si ejercen este derecho, los compradores pueden encontrar que los comerciantes acepten un menor número de tarjetas, pero el límite de comisiones debería traducirse en costes más bajos tanto para minoristas como para compradores.
La nueva normativa no se aplicará a los llamados sistemas de tarjetas "tripartitos" como Diners o American Express (que solo implican a un banco), siempre y cuando la tarjeta se emita y procese bajo el mismo sistema. Las tarjetas comerciales para pagar gastos de empresa también estarán exentas.
Tras tres años, la normativa también se aplicará a los sistemas de tarjetas "tripartitos" que autorizan a otras partes a emitir tarjetas para así burlar la ley operando eficazmente como "cuadripartitos".
Tras la votación del Parlamento, la norma tendrá que ser oficialmente ratificada por el Consejo de Ministros antes entrar en vigor, seis meses después.