El director general de la FAO, José Graziano da Silva, interviene en el Foro Internacional sobre agricultura y cambio climático, asegurando que el “modelo de producción agrícola que predomina hoy en día no es adecuado para los nuevos retos de la seguridad alimentaria del siglo XXI”.
Aunque el número de hambrientos crónicos se ha reducido en 100 millones durante la última década, 805 millones de personas no tienen todavía lo suficiente para comer de forma regular, afirmó ante los ministros, científicos, agricultores y representantes de la sociedad civil reunidos en la capital francesa.
El aumento de la producción se ha considerado siempre la vía natural para acabar con el hambre, pero hoy en día, a pesar de que el mundo produce alimentos suficientes para todos, el hambre sigue siendo un problema, advirtió Graziano da Silva.
"Dado que la producción de alimentos no es una condición suficiente para la seguridad alimentaria, esto significa que la forma en que estamos produciendo ya no es aceptable", explica el directivo.
"Lo que tenemos hoy todavía es principalmente un modelo de producción que no puede evitar la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad, y ambos son bienes esenciales, especialmente para las generaciones futuras. Este modelo debe ser revisado. Necesitamos un cambio de paradigma: los sistemas alimentarios deben ser más sostenibles, inclusivos y resistentes”, dijo el responsable de la FAO.
Ajustar las prácticas agrícolas para hacerlas más adaptables y resistentes a las presiones ambientales, mientras que al mismo tiempo se reduce el propio impacto de la agricultura sobre el medio ambiente es lo que se conoce por "agricultura climáticamente inteligente":
La FAO alberga la Alianza Mundial por una agricultura climáticamente inteligente, establecida en septiembre pasado por la Asamblea General de la ONU con una amplia coalición de partes interesadas, incluyendo gobiernos; agricultores y productores de alimentos, procesadores y vendedores; organizaciones científicas y educativas; actores de la sociedad civil; organismos multilaterales e internacionales y el sector privado.
La Alianza trabaja para promover el incremento sostenible y equitativo de la productividad agrícola y los ingresos; crear una mayor resiliencia de los sistemas alimentarios y medios de vida agrícolas; y lograr reducir o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura.
El director general de la FAO destacó también la "agroecología" como una forma prometedora para hacer avanzar la producción alimentaria de manera más sostenible. Este enfoque utiliza la teoría ecológica para estudiar y gestionar los sistemas agrícolas con el fin de hacerlos más productivos y que conserven mejor los recursos naturales.