Madrid presenta un centro muy dinámico junto a una periferia poco activa, mientras que Barcelona dibuja un centro comercial menos delimitado pero más extenso. Estas son las conclusiones del estudio de Eixos Economic Observatoryi que asegura que la relación entre el centro y la periferia y el peso de los principales factores de atracción (turismo, centralidad laboral u ocio) explican esta asimetría.
Barcelona presenta mejores datos de ocupación, dotación, facturación y atracción comercial mientras Madrid tiene un precio más alto de alquiler de los locales comerciales y el doble de centros comerciales.
En el caso de Madrid hay que destacar que dos distritos (Centro y Salamanca) muestran los mejores datos en todos los indicadores, especialmente en relación al metro cuadrado de alquiler (más de 20 euros) y la facturación. Se delimita así un centro comercial muy claro, donde confluyen rentas elevadas, centralidad laboral y de ocio y buenas comunicaciones. Fueras de estos dos distritos el dinamismo comercial decae claramente: los distritos limítrofes a Centro y Salamanca presentan valores muy moderados y varios distritos periféricos no superan el 70% de ocupación comercial o los dos comercios por cada 100 habitantes. No obstante, la presencia, en alguno de estos distritos, de grandes centros comerciales comporta unos datos de facturación relativamente elevados.
En Barcelona, hay varios distritos que muestran un dinamismo comercial positivo, en especial Ciutat Vella, l’Eixample, Gràcia, Sarrià-Sant Gervasi y les Corts. Se delimita, así, un eje mar-montaña donde confluyen rentas elevadas, centralidad laboral y de ocio, buenas comunicaciones y presencia turística. El resto de distritos muestran datos más moderados aunque en ningún caso se alcanzan dotaciones comerciales inferiores a dos comercios por cada 100 habitantes u ocupaciones por debajo del 70%. La presencia de centros históricos y la tradición comercial explican, en parte, el mayor dinamismo del comercio “periférico” de Barcelona, con ejes comerciales consolidados en barrios como Sants, Horta o Sant Andreu.
Por otro lado, hay que destacar que Madrid cuenta con 45 centros comerciales, más del doble que Barcelona (20), con una localización que en ambos casos cubre zonas centrales y periféricas. Aunque los establecimientos ubicados dentro de los centros comerciales no se han tenido en cuenta en la elaboración de los cuatro primeros indicadores, sí que se incluyen en el índice de Facturación Comercial. De esta manera algunos distritos relativamente periféricos, como San Blas-Canillejas o les Corts, tienen datos de facturación superiores a otros distritos con un comercio urbano más potente.
El estudio concluye que la estrategia comercial del sector público y privado debe adaptarse a las realidades de cada distrito, de cada barrio y de cada eje comercial. Así, en los distritos centrales y los ejes comerciales principales (donde hay más oferta comercial pero también más demanda) hay que potenciar la especialización, la innovación y la detección de nichos de mercado. En cambio, en las zonas periféricas (con una oferta reducida y una demanda pobre) la apuesta debe centrase en cubrir las necesidades en sectores cotidianos y en concentrar la oferta en los ejes principales.