El pequeño comercio madrileño de Alimentación y Distribución lleva años realizando actividades de Responsabilidad Social Corporativa tanto para fomentar y favorecer la integración social de colectivos como discapacitados o personas en riesgo de exclusión social como para colaborar en diferentes iniciativas relacionadas con la recogida de alimentos.
Más allá de la situación económica general, y sin buscar más que la satisfacción de su entorno, los empresarios locales de Madrid desarrollan este tipo de actividades como parte de su tradición.
Actividades que se han visto incrementadas en los últimos años debido a la recesión económica: “Son acciones que no nos cuestan ni trabajo ni dinero y que las hacemos sin darnos cuenta. Ganamos todos”, dice óscar García, gerente de Supergarbla, cadena con nueve establecimientos de alimentación en Madrid. Por su parte, Miguel ángel Sevillano, dueño de Unisúper Hnos. Sevillano, con tres tiendas de alimentación en Madrid, opina que “colaborar no nos cuesta nada. A poco que cada uno pusiéramos nuestro granito de arena, estaríamos en muchísima mejor situación”.
El número de iniciativas solidarias y de personas que se acogen a estas han crecido considerablemente en los últimos años: “Hace ocho ó 10 años, venían pocas personas a intercambiar los vales de Cáritas, por ejemplo. Sin embargo, en los últimos años, la demanda ha crecido muchísimo. Lo mismo ha sucedido con las personas que buscan trabajo como medio de subsistencia”, añade óscar García. “Y lo que hemos visto que ha crecido de forma exponencial ha sido la solidaridad de los clientes.”
Como óscar y Miguel ángel, muchos otros empresarios apuestan por la solidaridad que, aunque se ha visto incrementada en los últimos años debido a la recesión económica, forma parte de su tradición como comercio local. Un ejemplo, sin duda, a seguir y un valor del que sentirse orgullosos.