El ovino español está viviendo una primavera dulce con la exportación tanto en vivo como en canal al sur de Europa o al norte de áfrica. El cambio del mapa mundial provocado por China en la carne de cordero, como en otros productos agroalimentarios, está abriendo nuevos mercados que están permitiendo mejorar los precios en el primer semestre, cuando tradicionalmente se registraron los peores del año.
Soy de la opinión de que el cordero español tiene nichos de mercado en todo el mundo debido a su calidad basada en un sistema de producción diferente, y esto permite mantener un buen sabor sin olores ni percepciones de fuerte.
Además de ser un buen producto, tenemos a favor la gran expansión de españoles, muchos cocineros, en países de poder adquisitivo alto, así como cadenas hoteleras españolas que desean tener nuestros mejores productos. La fama de la gastronomía española y los millones de extranjeros que nos visitan favorecen esta tendencia a consumir productos españoles, ya no solo la paella y la sangría.
Cada vez se exporta más despiece en diferentes formatos ya que la hostelería y los distribuidores no quieren canales enteras, que por otra parte no se ajustan a los pesos a los que están acostumbrados.
La evolución del mercado interior también crece en la venta de despiece como demuestra la creciente demanda de paletillas en la restauración ya que apenas llegan ya del extranjero, a causa de la citada evolución del mercado mundial.
Por ello, el futuro comercial del ovino español pasa por compatibilizar la exportación y el mercado interior con piezas de una misma canal, buscando los mercados más idóneos.
En España, el reciente estudio de mercado encargado por Interovic, asegura que un 35% de los que compran cordero aumentarían su consumo si encontraran piezas y formatos más acordes a sus necesidades y con precios más estables.
Por ello, -del problema de la sobra de determinadas piezas, surge la oportunidad de desarrollar cortes y presentaciones- más atractivas para diferentes segmentos de mercado.
Una vez desarrollados, la extensión al sector minorista y la restauración y la promoción incluso la publicidad por televisión, serán claves para lograr este equilibrio tan necesario a precios rentables para todos.
Experiencias como las de Australia y Reino Unido, demuestran la importancia de la modernización de las presentaciones y la promoción. En ambos países remontan el consumo aun siendo la carne más cara como aquí.
éste es el camino elegido por el sector ovino español, a través de la cooperación y consenso logrado en la interprofesional – Interovic – para promocionar nuestro cordero, desde el pascual y recental, al lechal. Con una pequeña aportación por cordero podemos apalancar multiplicando por cuatro una gran campaña con fondos del Magrama 25% y de la Unión Europea 50%.
La principal barrera, la sanitaria, habrá que superarla trabajando de la mano con las administraciones públicas españolas como ya se está haciendo.
También las empresas importantes del sector deberíamos lograr acuerdos para trabajar conjuntamente e ir al menos en la misma dirección.