La industria alimentaria ha apostado por la puesta en marcha de programas de energía inteligente en áreas como son las energías renovables, el transporte y el consumo con el objetivo de sentar las bases para un futuro más sostenible.
En esta línea, ha nacido Biogas3, un nuevo proyecto que aprovecha los residuos agroalimentarios para la producción de energía renovable en instalaciones a pequeña escala para mejorar el autoconsumo energético y favorecer un importante ahorro económico en la producción y gestión de la energía.
El reto de este proyecto es influir en las políticas energéticas de los estados miembros de la UE con el fin de que se conciencien de las ventajas de utilizar estos modelos de producción de energía.
El consorcio del proyecto está conformado por 10 partners procedentes de 7 países de la Unión Europea (Alemania, Francia, Suecia, Irlanda, Polonia, Italia y España)
Las ventajas de Biogas3 para las empresas alimentarias son múltiples, puesto que abre las puertas a modelos de negocio colaborativos que dan lugar a proyectos exitosos, ofrece apoyo en la toma de decisiones de inversión, al tiempo que pone a disposición de los expertos una herramienta informática (smallBIOGAS) que les permite evaluar la visibilidad técnica económica y ambiental de la instalación de plantas de producción de biogás a pequeña escala.
En nuestro país, ha apostado por este nuevo proyecto AINIA, centro tecnológico especializado en el sector agroalimentario, que impulsa la colaboración transversal entre diferentes países europeos a través de las principales asociaciones de la industria agroalimentaria; Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), en representación de España, ACTIA, de Francia, y Tecnoalimenti, de Italia.