“Una reclasificación del IVA como propone el llamado informe Lagares para la reforma fiscal, con la subida del IVA del 10 al 21% en algunos alimentos básicos sería una catástrofe”, ha dicho el profesor del IESE Jaume Llopis en la sesión de continuidad sobre el sector de Alimentación y Bebidas.
“Si hay un sector de la economía competitivo e internacionalizado, es el de alimentación y bebidas”, añadió. Se trata de un sector capaz de mantener sus niveles de producción y de empleo (alimentación y bebidas aporta un 8% del PIB y un 20% del empleo industrial), a pesar de la crisis y gracias al peso de sus exportaciones, que ya suponen un 25% de la facturación total.
Los datos confirman la resistencia y la fortaleza de este sector considerado tradicionalmente como anticíclico. Sin embargo, la crisis también se ha notado en un recorte significativo de los márgenes, tanto en la industria como en la distribución.
El precio sigue siendo un factor de peso a la hora de elegir el establecimiento para hacer la compra de productos de alimentación. De ahí que las únicas cadenas que ganaron cuota de mercado en 2013, según los datos de Kantar Worldpanel, fueran las que tienen un mayor foco en precio: Mercadona, Lidl y Día. Pero no es el único factor que influye. Ni siquiera es el primero: el último panel de consumo alimentario revela que los aspectos que prima el consumidor en la elección de su tienda de confianza son, por este orden, lacalidad de los productos, los buenos precios (más allá de ofertas puntuales) y laproximidad y cercanía.
Por otra parte, la marca de distribución parece que ha tocado techo y su cuota de mercado se ha estancado en niveles parecidos a los de años anteriores: 34,1% para los productos de gran consumo en general y 36,7% para el caso particular de la alimentación envasada. Parece que algo está cambiando…
Josep Maria Bonmatí, director general de AECOC, resumió algunos de los grandes cambios que está viviendo la cadena de valor de la industria y los ilustró con distintos ejemplos. Para empezar, habló de la transformación digital del sector, que no solo se está traduciendo en la aparición de nuevos operadores y canales, sino también en unacreciente complejidad de la cadena de valor, que ya no es lineal, sino en red. También se refirió a una mayor transparencia, por la gran cantidad de información de la que dispone un consumidor más conocedor y exigente; y a la propia digitalización del proceso de compra, gracias al uso de innovadoras aplicaciones tecnológicas que mejoran la experiencia del usuario, crean engagement y aumentan la notoriedad de las marcas.