La Comunidad madrileña cuenta con 21.000 hectáreas de terreno aún sin cultivar que pueden proporcionar una uva de buena calidad con Denominación de Origen Vinos de Madrid, con lo que se podría aumentar un 251% el suelo dedicado a este cultivo, según un estudio que ha elaborado la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola, ha presentado en el Real Jardín Botánico el estudio “Cartografía de suelos para la optimización del cultivo de la vid en la Comunidad. Zonificación de las tierras de la Denominación de Origen Vinos de Madrid”, elaborado a lo largo de los últimos cinco años por técnicos del Instituto Madrileño de de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
El estudio establece cuáles son los terrenos más aptos para el cultivo de la vid, ya que las características del suelo de cada parcela hacen que varíe la composición de la uva y el comportamiento de vino. Es pues un factor decisivo en las características organolépticas del vino, tan importante como las características de la variedad de la uva. La concordancia de ambos aspectos es fundamental para mejorar la calidad de los vinos madrileños.
“Este estudio, el primero de estas características que se hace en España –ha dicho Sarasola-, permite conocer las característica físicas del terreno, un dato esencial a la hora de elegir la variedad más adecuada o establecer las dosis de riego y fertilización. Se trata de una valiosa herramienta agronómica que la Comunidad pone a disposición de los viticultores y que les permitirá incrementar la productividad de sus explotaciones y la calidad tanto de la uva como del vino con ella elaborado”.
La Denominación de Origen Vinos de Madrid abarca 275.000 hectáreas en 58 municipios de sus tres subzonas (Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias), 8.390 con vides; en ellas trabajan 2.891 viticultores en 44 bodegas. En la última campaña la D.O. ha exportado más de un millón de botellas de vino, con EEUU como principal destino y con un valor de 2,2 millones de euros, un 42,8% más que la campaña anterior. La D.O. Vinos de Madrid ha comercializado 3.609.190 botellas.
Este estudio sobre cartografía ha tenido en cuenta dos factores: los del propio suelo en relación con la vid, con la recogida de 2.000 muestras, y los climáticos. Sumados los datos se ha comparado cada suelo con los requerimientos del viñedo y se ha determinado su idoneidad para el cultivo de la uva. Entre los parámetros de suelo estudiados están el drenaje, el pH, el contenido en nutrientes o en materia orgánica, y entre los climatológicos la humedad relativa, las precipitaciones o la insolación. El cruce de los distintos parámetros ha establecido cinco categorías de suelo en función de su aptitud para el cultivo de vid, desde el muy favorable al desfavorable.
El estudio ha concluido que esta región dispone en los campos de la D.O. de más de 21.000 hectáreas con un excelente potencial y 91.000 más con buen potencial para el cultivo de la vid. Si únicamente se utilizaran las primeras, las hectáreas de viñedo de Madrid podrían aumentar en un 251%, llegando casi a las dedicadas a la D.O. Cava, con 31.941 hectáreas, la tercera en extensión de España. Según el estudio, el cultivo de 20 hectáreas de las 20.000 localizadas por el IMIDRA con buen potencial, obtendría entre 25.000 y 50.000 botellas. Una bodega instalada en ese terreno podría crear tres puestos de trabajo directos y dos estacionales.