El grupo Lactalis ha decidido cerrar la fábrica de Puleva en Alcalá de Guadaíra tras casi medio siglo de vida. La compañía ofrecerá a los 70 empleados el traslado a la fábrica central de Granada o a otras sedes del grupo.
Lactalis, que compró la división láctea a Ebro Puleva en 2010 por 630 millones de euros, asegura cerrar la planta "por motivos de producción" aunque se compromete a mantener "el máximo número de puestos de trabajo", aseguran fuentes de la prensa local.
El grupo va más allá y garantiza el mantenimiento de "todos los compromisos" con los ganaderos que hasta el momento eran proveedores de leche en dicha fábrica, que ahora será procesada en Granada.
La planta sevillana produce al año 45 millones de litros, muy por debajo de su capacidad máxima, fijada en 70 millones. A este respecto, el grupo francés aclara que tiene necesidad de aprovechar la capacidad de la fábrica granadina, "con mayor potencial de crecimiento y más de cuatro veces superior en dimensión a la de Sevilla, para recuperar así competitividad en el mercado andaluz de los lácteos".