Observando la ocupación, el comercio en Cataluña está aguantando la crisis mejor que en el conjunto de España, siendo así una fuente de riqueza económica y social. Lo cual podría apuntar los beneficios de un modelo que busca el equilibrio entre distintos formatos de establecimientos.
Estas son las conclusiones del estudio realizado por Escodi en el que asegura que el comercio es “la nueva economía productiva”. Muchos puestos de trabajo del sector primario, secundario y terciario están directamente vinculados al sector comercio a través de la cadena de suministro.
Así, por cada dos empleados directos, se crea un puesto de trabajo en empresas del sector primario, industrial o de servicios, que está totalmente conectado con la existencia de la empresa de distribución. Si este ratio se contrastara que es válido para el conjunto del sector del comercio detallista, significaría que el comercio genera 1,5 veces su número de ocupados directos, sin contemplar el efecto del peso de la participación femenina en el sector, ya que las mujeres trabajadoras tienden a contratar bienes y servicios privados para la conciliación familiar.
Si hace unas décadas en España el sector industrial era el de más peso, en estos momentos el primer lugar lo ocupa el sector retail con el 25% del PIB total. En segundo lugar, está la Administración Pública con un 18%; y en tercer lugar, corresponde a la industria manufacturera con el 18%.
El informe confirma también el cambio de rol del retail en la economía: antes había más demanda que oferta en el mercado, por lo que la industria ejercía su poder; ahora hay más oferta que demanda, los canales de distribución tienen el contacto directo con el consumidor detectan sus necesidades y encargan la producción. Así pues ahora, el poder está en la distribución.
Además, desde el inicio de la crisis, la evolución del gasto per cápita en España se ha situado a niveles del 2006 (11.000 euros), pero si analizamos por producto, el ajuste en alimentación y productos cotidianos no ha sido tan acusado, mientras que el gasto en equipamiento de personal (vestido o calzado) y del hogar se ha visto fuertemente afectado, pasando en el conjunto de España de unos 850 euros en el 2006 a poco más de 600 en el 2012 en equipamiento personal, y de 640 euros a 460 euros, en equipamiento del hogar.
Todo ello ha repercutido en una disminución del número de actividades comerciales minoristas que en el 2012 habían caído a niveles inferiores a las existentes en el año 1998.
Como contrapartida, se ha observado que desde el año 2006 se consolida una tendencia de aumento del gasto medio del turista internacional en España, que ha pasado de 800 euros a 900 de media. Una tendencia mucho más acentuada en Cataluña que pasó de unos 640 a 870 euros del 2006 al 2012.