El número de establecimientos dedicados a actividades industriales ecológicas en 2012 alcanzó la cifra de 4.127, de los que 3.361 están relacionados con la producción vegetal y 766 con la producción animal. Esta cifra supone un incremento del 11,63% respecto a 2011.
Andalucía es la comunidad autónoma que cuenta con mayor número de este tipo de industrias, con un total de 1.250 establecimientos, un 29,27% más que en 2011. Le siguen en número Cataluña, con 469 establecimientos, Comunidad Valenciana, con 464; Castilla-La Mancha, con 296; Murcia, con 284; y Aragón, con 156 establecimientos. Después de Andalucía, los ascensos más significativos se han producido en Cataluña (28,72%), Castilla-La Mancha (27,59%) y Murcia (19,33%).
En industrias de productos ecológicos relacionados con la producción vegetal, destacan las subidas del número de almazaras en un 26,98%; manipulación y envasado de productos hortofrutícolas frescos, en un 29,57% y manipulación y envasado de frutos secos en un 30,56%. Asimismo, es significativo el incremento del 19,44% en industrias de galletas, confitería y pastelería; el 10,94% en el número de bodegas y embotelladoras de vino, y el 5,38% de industrias de manipulación y envasado de cereales y legumbres.
Respecto a la actividad industrial relacionada con la producción animal, en 2012 se registraron 332 industrias de elaboración y conservación de carne y productos cárnicos, frente a las 268 registradas en 2011. También ha aumentado el número de industrias dedicadas a la elaboración de productos lácteos (128 en 2012 frente a 101 en 2011); y el de establecimientos dedicados a la miel, con un incremento en 2012 del 6,77% respecto al año anterior. Asimismo, la elaboración y conservación de pescados, crustáceos y moluscos supuso un incremento del 16,67%.
Por otra parte, la superficie inscrita destinada a la Agricultura Ecológica en el año 2012 ha sido de 1.593.197 ha, frente a las 1.806.528 ha dedicadas a este tipo de producción en 2011, lo que supone una reducción del 11,81%, si bien gran parte de este descenso se debe a una nueva metodología de cómputo de superficies, en la que ya no se tienen en cuenta determinados usos de la tierra.