La cosecha de cereza en Jaén se estima corta y con pérdidas de hasta el 70% con respecto al año pasado debido a la climatología. Los precios tampoco compensarán la falta de producción, ya que el fruto cuajado presenta menor calibre que en años anteriores debido a las inclemencias del tiempo.
Los frutales han sido los grandes perjudicados por los temporales tardíos que han afectado en los últimos meses a la provincia. Después de las nevadas y fuertes lluvias de finales del pasado abril, ahora se pueden ver los nefastos resultados en los campos jienenses. Los melocotoneros de la Cuenca Alta del Guadiana Menor (Pozo Alcón, Huesa e Hinojares) o los ciruelos de Andújar presentan graves pérdidas de cosecha. Sin embargo, los peor parados han sido los cerezos, según Sebastián Gasco, técnico de ASAJA-Jaén..
La nieve primaveral ha hecho estragos en la cereza jienense, concentrada principalmente en Castillo de Locubín y en Torres. Los agricultores hablan de pérdidas de hasta el 70% de la cosecha con respecto al año pasado. En primer lugar, por la importante destrucción de masa foliar provocada por el desgarro de ramas que causó el peso de la nieve, similar por otro lado al desgarro de los olivares de esos mismos municipios y de Pegalajar. Pero además, y volviendo a los cerezos, el temporal impidió la fructificación de la floración con un importante porcentaje de abortos florales. En cuanto a los frutos cuajados, han prosperado mal en calibre y en madurez.
Con las intensas lluvias, dicen los agricultores afectados, la cereza “se ha picado”. El frío ha propiciado, además, que no engorde lo suficiente. Por tanto, y a la espera de que empiece la recogida, que es inminente, vaticinan una campaña desastrosa, ya que los precios de venta de cerezas que en su mayoría contarán con menor calibre que el año pasado tampoco ayudarán a compensar la falta de producción.