Desde hoy y hasta el próximo 9 de mayo, la séptima edición de Fenavin abrirá sus puertas en Ciudad Real para convertirse en el punto de encuentro entre la oferta y la demanda para profesionales del sector vitivinícola.
La feria busca convertirse en el catalizador del negocio del vino español en el mundo, en medio de una coyuntura económica desfavorable. Para ello, la organización de la Feria, impulsada por la Diputación provincial de Ciudad Real, ha previsto un espacio de casi 30.000 metros en el que mostrarán sus vinos las 1.214 bodegas de toda España que están inscritas.
Además, esta edición se ha planteado como la más ambiciosa de su historia en generación de negocio. De este modo, busca impulsar al máximo las posibilidades para que oferta y demanda puedan encontrarse y analizar y proponer nuevas vías para prestigiar el consumo de vino, en un momento en el que la propia situación económica y el escaso consumo de los españoles hablan del mal momento que atraviesa el sector.
En esta edición, el número de expositores ha crecido un 1,4%, destacando la presencia de un 51% de bodegas castellano-manchegas, de las cuales, un 45% son de Ciudad Real, por lo que estarán presentes casi el 90% de las bodegas de la provincia. Además, habrá presencia de vinos de todas las denominaciones de origen del país, lo que demuestra que el sector se ha volcado, una vez más, con la feria.
Por otro lado, el número de compradores nacionales e internacionales está previsto que alcance casi los 12.800, un 4,83% más que en la edición anterior, y la organización gestionará 700 compradores llegados de 61 países del mundo, y casi 3.000 nacionales, a través del Programa Contacte Con. Este programa informático ha permitido que ya se hayan cerrado entre compradores internacionales y productores un total de 6.136 citas de negocio para los tres días de feria.